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Crónica
19/05/2023
En el marco de la asamblea anual de socios de la Cámara Nacional de Comercio (CNC) -que arrancó con el seminario "Yo soy formal"- que se lleva a cabo este viernes, el actual presidente del gremio, Ricardo Mewes, reflexionó sobre la relevancia de fomentar la formalidad laboral en el país, y su impacto sobre la economía.
Mewes, quien hoy dejará la presidencia de la CNC tras su nombramiento como titular de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) a fines del año pasado, comenzó su discurso recalcando que "la informalidad laboral y económica sigue siendo un problema importante en nuestro país, y es necesario abordarlo de manera urgente, porque esta situación tiene un impacto negativo en el desarrollo económico y social y es además una barrera para la creación de empleos de calidad.
Es tal su relevancia, que incluso llega a tener impacto en la seguridad de la ciudadanía". "Es esencial generar incentivos y políticas que promuevan la formalización de las empresas, así como programas de capacitación y apoyo para los trabajadores informales", añadió.
Respecto del impacto de la informalidad laboral, el líder del gran empresariado sostuvo que se trata de "un desafío para la cohesión social, porque implica una forma de actuación desregulada que a veces también opera al margen de la ley, donde las asimetrías perjudican a las personas que se emplean de esa manera, a las empresas formales que se ven expuestas a una competencia ilegítima y desleal, y a la sociedad como un todo, que más temprano que tarde tiene que hacerse cargo de la desprotección social de quienes se desempeñaron al margen de la formalidad".
Tras ello, hizo una radiografía rápida a este fenómeno, subrayando que afecta principalmente a mujeres, a los jóvenes entre 15 y 24 años, a las personas de 65 y más años, y a aquellas con un escaso nivel educacional. "Se encuentra con mayor intensidad en la agricultura, la construcción y en las empresas con menos de cinco trabajadores", acotó.
En este sentido, mencionó que "la educación juega un rol crucial, ya que mayores niveles de educación aumentan la formalidad. Así, si mejoramos la calidad de la educación, aumentaremos el nivel de formalidad en los primeros empleos de los jóvenes y, por ende, su permanencia en el mundo formal".
Cabe mencionar que, según un estudio realizado por la CNC en el barrio Meiggs, en relación con el sueldo líquido por el cual estarían los ambulantes dispuestos a aceptar un empleo o actividad estable como trabajador dependiente, un 32,5% señaló no estar dispuesto a dejar la actividad como vendedor ambulante, un 21,3% estaría dispuesto a hacerlo por un sueldo de entre $350.001 y $500.000, un 44% dejaría la calle por un sueldo superior a $700 mil.
En esta misma línea, Mewes apuntó que "la rigidez de nuestro mercado laboral tampoco ayuda a la formalización. La informalidad termina siendo una alternativa para las personas desfavorecidas por la rigidez normativa.
Este punto cobra aún mayor relevancia en el caso de las mujeres, donde la tasa de informalidad es mayor, y también en el caso de los jóvenes, donde debemos doblar nuestros esfuerzos para que puedan conciliar estudios y empleo, en caso que así lo deseen, sin tener que hacerlo en la informalidad". "En este punto quiero ser enfático ninguna regulación de la agenda laboral puede perder el norte central que es promover la formalidad.
El país no está en condiciones de soportar que la tasa de informalidad siga aumentando", aseveró el presidente de la CPC. Y cerró diciendo que "no podemos permitir que el concepto de la 'viveza criolla' se instale en nuestro país, porque la formalización es clave para el desarrollo económico y social, nos permite construir una economía más justa y equitativa, que garantice derechos y oportunidades para todos. Es nuestra responsabilidad trabajar en conjunto con el Estado para disminuir la informalidad".