El ministro de la Segpres, Álvaro Elizalde, se comprometió a estudiar un proyecto que le presentaron representantes de diversos partidos y que busca desincentivar la fragmentación política, regular la participación en comités parlamentarios y permitir una federación de partidos políticos.

Hasta su oficina llegó este jueves el timonel DC, Alberto Undurraga; el jefe de bancada de ese partido, Eric Aedo; el diputado Jaime Mulet del Frente Regionalista Verse Social y parlamentarios de otros partidos políticos para presentarle la iniciativa al secretario de Estado y pedir que el Gobierno le dé urgencia. 

El proyecto modifica el Decreto con Fuerza de Ley 4, que fija el texto sistematizado en la Ley 18.603 de Orgánica Constitucional de los Partidos Políticos, y busca dar frente a dicha norma constitucional sobre la fragmentación. .

La idea de la federación surgió para evitar "la extinción de partidos emergentes y ayuda a que subsistan expresiones regionales, que al federarse aseguran la preservación de su identidad y autonomía. Pero a la vez quedan obligados a actuar juntos y como uno solo en el Parlamento", dice la iniciativa.

El escrito señala, como fundamentación, que "hay coincidencia en la ciencia política que la excesiva fragmentación" -generada en la historia reciente de la política chilena- "por el aumento significativo de nuevas fuerzas políticas, la mayoría de ellas derivadas de divisiones o escisiones de partidos tradicionales, traba nuestro sistema político presidencial".

"El mismo efecto lo provocan el aumento de las actuaciones personalistas e individualistas ajenas a los trabajos o proyectos colectivos derivado del alejamiento de parlamentarios militantes o independientes a los partidos que los cobijaron durante su elección", agrega el escrito, que además reconoce "una profunda crisis de representatividad que no ha sido superada". 

Por lo anterior, se presentó la iniciativa para implementar la posibilidad de que los partidos políticos puedan federarse, ya que "todo indica que la multiplicidad de actores e individualismos dificulta el juego democrático", reconociendo asimismo que "es cierto que no podemos pasar a un sistema donde no puedan nacer nuevos partidos y así deteriorar el necesario y sano pluralismo".