Nacional
Crónica
30/11/2022
Chile fue el segundo país de la OCDE donde el peso de los impuestos en relación a la riqueza subió más en 2021, mientras que México se colocó entre los que más disminuyó, en un año en el que las economías se recuperaban de los efectos de la pandemia.
En su informe anual sobre los ingresos fiscales publicado este miércoles, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) situó a Chile como el segundo país con más incremento de la presión fiscal; en concreto 2,8 puntos más que el año anterior, hasta el 22,2 % del producto interior bruto (PIB).
Sólo Noruega experimentó un alza superior a la chilena, de 3,4 puntos porcentuales (impulsada, en este caso, por el aumento de los ingresos por extracción de petróleo, hasta sumar el 44,2 por ciento).
La mayoría de los estados latinoamericanos del bloque también experimentó aumentos de la presión fiscal, si bien en menor medida.
En Costa Rica la subida fue del 1,5 puntos porcentuales, hasta situarse en el 24,2 por ciento y en Colombia del 0,7, hasta un 19,5 por ciento.
México, sin embargo, se situó en 2021 entre los miembros de la OCDE en los que la recaudación impositiva más decreció frente al PIB.
En concreto, pasó del 17,8 por ciento de 2020 al 16,7 por ciento, una caída solo superada por el descenso registrado en Hungría (del 36,1 al 34 por ciento).
México, junto con España, había liderado las subidas de la presión fiscal en 2020, pero continúa como el estado de la OCDE donde la presión fiscal global es menor en relación al PIB, seguido de Colombia (19,5 por ciento), ambos muy por debajo de la media del bloque (34,1 por ciento).
En la gran mayoría de los países, 24 de los 36 de la OCDE para los que hay datos de 2021 (de un total de 38 en la organización), la carga fiscal subió a medida que los países se recuperaban del choque económico inducido por la pandemia de covid-19.
Así, la media de la OCDE progresó seis décimas en 2021, hasta situarse en el 34,1 por ciento.
En términos nominales, la carga fiscal de 2021 creció un 12,8 por ciento respecto a 2020, mientras que el PIB de la OCDE mejoró en un 10,5 por ciento.
La prioridad de los miembros en política fiscal fue apoyar la recuperación económica, estimulando el crecimiento y la inversión, especialmente en materia de "economía verde".
El informe atribuye el aumento de la recaudación fiscal, sobre todo, al "rebote" en los ingresos por el IVA y los impuestos a las sociedades (aumentaron 0,5 y 0,4 puntos porcentuales respectivamente), tras la crisis del covid-19.
El informe también apunta que en 2020, el último año para el que hay datos desglosados para todos los países, las cotizaciones sociales representaron la principal fuente de ingresos fiscales de la OCDE (un 26,6 por ciento), seguidas de cerca por el impuesto sobre la renta (24,1 por ciento) y el IVA (20,2 por ciento).
El resto de las tasas al consumo supusieron un 11,9 por ciento, el impuesto de sociedades un 9 por ciento y los impuestos a la propiedad un 5,7 por ciento.