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Crónica
Salud
10/10/2022
La ministra de Salud, Ximena Aguilera, realizó este lunes un análisis al fin del uso obligatorio de la mascarilla, asegurando que "las personas se lo han tomado muy bien y han seguido las recomendaciones", pero también precisando que eventualmente se podría retroceder y usarla nuevamente si "aumenta el riesgo". "Estamos bien, pero hay que seguir evaluando y tomando medidas acorde a la situación", acotó.
En primer lugar la titular de la cartera precisó: "Las personas lo han tomado muy bien y han seguido las recomendaciones de que en lugares con aglomeraciones se use mascarilla. El número de casos ha seguido a la baja y estamos en el mínimo histórico de uso de camas hospitalarias y camas críticas".
Sin embargo, señaló que se podría volver a la obligatoriedad de la medida "si retrocedemos en la fase, si aumenta el riesgo, y si tenemos por ejemplo periodos más agresivos de virus de influenza, porque la mascarilla sirve para distintos virus respiratorios". Ahora bien, aseguró que "preferimos que sea recomendación, porque que sea obligación significa estar fiscalizando y no siempre se tiene esa capacidad".
Según recalcó la ministra, "no hemos dado por cerrada la pandemia, ni el Plan Paso a Paso, sino que pasamos a la fase de Apertura. Seguimos monitoreando el tema de las camas hospitalarias, los casos, la positividad y la eventualidad de que aparezca una variante más agresiva que signifique mayor cantidad de hospitalizaciones y uso de camas críticas, ahí por supuesto que se va a retroceder. Hasta ahora seguimos hacia la baja". Con todo, manifestó que "nada nos asegura que no vaya a subir (los casos) en el futuro". "Estamos bien, pero hay que seguir evaluando y tomando medidas acorde a la situación", comunicó.
En la misma línea, la ministra entregó una explicación en el marco de la campaña de inoculación con la vacuna bivalente que comienza mañana martes: "Se llama así, porque trae por primera vez dos cepas de virus, la cepa original y la Ómicron.
El tener esa cepa mutada a la original permite un mejor pareo entre el virus y la vacuna y, por lo tanto, mayor capacidad de protección". "Todavía las vacunas que tenemos no son capaces de impedir la infección, sino que la reducen, pero no de una forma efectiva como la de la fiebre amarilla o sarampión. Esta protege más bien del curso grave de la enfermedad. Están usadas en Europa y EE.UU. y nosotros somos el primer país que la vamos a ofrecer en grupos vulnerables", agregó.