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Social
Salud
27/09/2022
Tener una salud mental vulnerable, lo que en muchas ocasiones está determinado por factores como la soledad o la infelicidad, envejece más que el tabaquismo, según han comprobado investigadores de Estados Unidos y China.
En general, el daño molecular se acumula y contribuye al desarrollo de la fragilidad y enfermedades graves relacionadas con el envejecimiento, pero en algunas personas esos procesos moleculares son más intensos que en otras, una condición que se conoce como "envejecimiento acelerado".
Los investigadores –que analizaron los efectos de estar solo, tener un sueño inquieto o sentirse infeliz– publicaron las conclusiones de su trabajo en la revista especializada Aging-US, y han corroborado la trascendencia de que cualquier terapia contra el envejecimiento debe atender tanto la salud física como la salud mental.
El estudio verificó –con análisis de sangre y datos biométricos de casi 12 mil adultos chinos– ese proceso de envejecimiento, y los investigadores detectaron que la aceleración del envejecimiento se producía en personas con antecedentes de accidentes cerebrovasculares, enfermedades hepáticas y pulmonares, o en fumadores, pero también en aquellas personas con un estado mental vulnerable.
De hecho, los datos revelaron que sentirse desesperanzado, infeliz y solo aumenta la edad biológica más que fumar, y que hay otros factores que también aceleran ese proceso de envejecimiento, como estar solo o vivir en una zona rural –en este último caso debido a la baja disponibilidad de servicios médicos–.
Según advierte Manuel Faria, de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, los estados mentales y psicosociales son algunos de los indicadores más sólidos de los resultados de salud y la calidad de vida, "pero se han omitido en gran medida en la atención médica moderna".