Nacional
Crónica
07/06/2022
El Banco Mundial (BM) alertó este martes del riesgo de que la economía de varios países entre en un período de estanflación, es decir, de crecimiento bajo o nulo e inflación elevada, a causa de la invasión rusa a Ucrania y la persistencia de los efectos de la pandemia.
En su informe actualizado Perspectivas Económicas Globales, publicado este martes, el BM rebajó la previsión de crecimiento mundial hasta el 2,9 por ciento, lo que supone 1,2 puntos menos respecto a lo proyectado en enero, cuando la situó en el 4,1 por ciento.
En cuanto a Chile, el organismo redujo la proyección de crecimiento a 1,7 por ciento luego de que en abril estimara que el país crecería este 2022 un 1,9 por ciento.
El principal elemento nuevo en las previsiones del Banco es la guerra de Ucrania, que empezó a finales de febrero y que está teniendo muchos efectos sobre la economía mundial: un aumento del precio de las materias primas, más problemas para la cadena de suministros y mayor incertidumbre, entre otros.
Desde el organismo financiero internacional destacaron particularmente los efectos negativos que un período prolongado de estanflación tendría sobre las economías en vías de desarrollo, y alertaron de que como resultado de la guerra y de la pandemia, estos países cerrarán 2022 con unos ingresos por persona un 5 por ciento inferiores a los de 2019.
Para 2023, el BM también rebajó la perspectiva de crecimiento, en este caso en 0,2 puntos, hasta dejarla en un 3 por ciento.
"La guerra en Ucrania, los cierres por la covid-19 en China, los problemas en la cadena de suministros y el riesgo de estanflación están golpeando al crecimiento. Para muchos países, la recesión será difícil de evitar", indicó el presidente del Banco Mundial, David Malpass.
Malpass urgió a los países a "promover" la producción y a llevar a cabo reformas fiscales, monetarias, climáticas y de deuda que les permitan combatir "los problemas distributivos y la desigualdad".
Desde el organismo financiero internacional alertaron ante la tentación que pueda darse entre los Gobiernos de países en vías de desarrollo de fijar controles de precios o restricciones a la exportación para hacer frente a los altos precios y a las previsibles protestas ciudadanas.
"Los políticos de los mercados emergentes y las economías en desarrollo deben abstenerse de implementar restricciones a las exportaciones y controles de precios que podrían magnificar el aumento en los precios de las materias primas", indicó el informe.
El BM también comparó la estanflación que podría producirse en los próximos meses y años con la década de 1970 -considerada el ejemplo clásico de este fenómeno económico- y recordó que en esa ocasión, las economías avanzadas tuvieron que subir drásticamente los tipos de interés para recuperare.
Estas subidas de tipos, a su vez, desataron crisis financieras en los mercados emergentes y economías en desarrollo al reducir la demanda internacional y el capital disponible.
Entre las mayores economías del planeta, el Banco Mundial prevé para este año un crecimiento del 2,5 por ciento en Estados Unidos (1,2 puntos menos que enero); del 4,3 por ciento en China (una rebaja de 0,8 puntos) y también del 2,5 por ciento en la Eurozona (1,7 puntos menos).
En el caso de Japón, el ente financiero espera un crecimiento del 1,7 por ciento (1,2 puntos menos que en enero), y en el de Rusia, una caída de la actividad económica del 8,9 por ciento (11,3 puntos menos), a causa de su invasión de Ucrania y de las sanciones económicas impuestas por el resto de países.
El Banco Mundial dejó la previsión de crecimiento para Latinoamérica y el Caribe prácticamente igual que en enero: en el 2,5 por ciento, solo 0,1 puntos por debajo del 2,6 por ciento proyectado hace seis meses.
Sí redujo significativamente, sin embargo, su previsión para la región en 2023, que en enero había situado en el 2,7 por ciento y ahora ha rebajado hasta únicamente el 1,9 por ciento.
El principal riesgo que el BM señaló para Latinoamérica y el Caribe fue un posible impacto en las exportaciones y de la inversión a causa de la caída del crecimiento en el resto del mundo, especialmente en países como China (principal destino comercial de los productos sudamericanos) y Estados Unidos (con estrechos vínculos con las economías mexicana y centroamericanas).
Una caída de las exportaciones, unida a la debilidad de la demanda interna, podría llevar a algunas de las grandes economías de la región a la recesión, según el informe.
Por países, el Banco Mundial prevé un crecimiento del 1,5 por ciento para la mayor economía de la región, Brasil; del 4,5 por ciento para Argentina (tras el descalabro vivido en 2020); del 1,7 por ciento para México y del 5,4 por ciento para Colombia.