Nacional
Crónica
05/06/2022
La reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales es una de las principales banderas del programa de gobierno del presidente Gabriel Boric, en el marco del plan “trabajo decente“.
Esta iniciativa fue ratificada en la primera Cuenta Pública del mandatario, donde expresó que “el trabajo es sólo una de las múltiples dimensiones de la vida de las personas, y en Chile los tiempos de descanso y recreación son insuficientes. Por eso impulsaremos el proyecto de ley que reduce la jornada laboral a 40 horas, considerando la adaptabilidad y la gradualidad en su implementación”.
La idea original viene de un proyecto presentado en marzo de 2017 por la actual ministra secretaria general de gobierno, Camila Vallejo, cuando ejercía como diputada, y por la parlamentaria del Partido Comunista Karol Cariola. No obstante, dicho proyecto se encuentra hace dos años “dormido” en el Senado.
En ese contexto, fue que la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, comentó que el Ejecutivo decidió “ingresar indicaciones a la moción”, agregando que “lo que existe es la voluntad del gobierno de impulsar este proyecto de ley“.
La reforma que se encuentra en su segundo trámite constitucional, busca modificar el Código del Trabajo para que las horas legales de trabajo semanales pasen de las 45 actuales a 40.
Asimismo, fue aprobada una indicación que establece que el máximo de horas semanales de trabajo no podrán ser distribuidas en más de seis días ni en menos de cinco.
Por otra parte, se propone que la jornada semanal podrá promediarse en períodos bimensuales o trimestrales de distribución de días de trabajo y descanso.
“Sin perjuicio de lo anterior, en las empresas en que existan sistemas de trabajo por turnos, la jornada semanal del artículo 22 podrá, por acuerdo de las partes, promediarse en períodos bimensuales o trimestrales de distribución de días de trabajo y de descanso. Lo anterior también se aplicará para el personal contratado para prestar servicios por obras o faenas determinadas”, dice la propuesta.
Conforme a lo que se detalla, la ley entraría en vigencia transcurridos doce meses desde la fecha de su publicación. Pero las empresas que tengan ingresos que no excedan las 75 mil UF “estarán facultadas para reducir la jornada ordinaria máxima semanal de forma gradual” detalla el proyecto.
Para tal efecto, podrán disminuir la jornada una hora por año, comenzando con cuarenta y cuatro horas semanales al inicio de la vigencia de la ley, hasta alcanzar cuarenta horas semanales al inicio del quinto año.
“La aplicación de esta ley bajo ninguna circunstancia podrá representar una disminución de las remuneraciones actuales de las trabajadoras y los trabajadores beneficiados” añaden en el proyecto.
Cuando era diputada, Camila Vallejo explicó que el proyecto nació a raíz de las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el convenio de 1935 que ha sido ratificado por varios países. “La mayoría de ellos han propuesto avanzar en esta línea, en función de buscar mejorar la calidad de vida de los trabajadores y las trabajadoras”, señalaba.
Uno de los temas que ha generado más debate es el relacionada con la productividad de los trabajadores y trabajadoras, teniendo en cuenta que la faena se disminuiría en cinco horas a la semana.
Sobre la materia, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, dijo este jueves que “tenemos que tener claro que una jornada laboral más corta, en principio, involucra o acarrea mayores controles laborales, salvo que haya un funcionamiento más productivo, más eficiente de las empresas“.
La autoridad agregó que “elevar la productividad es una condición necesaria para que reformas que aumenten los costos laborales, como es la reducción de la jornada y el aumento del monto de cotizaciones, no se hagan a costa del empleo. Entonces, por así decirlo, es un requisito“, precisó.
“Se va a ir haciendo un recorrido sector por sector para ir viendo cómo aplicaría esa jornada para lo que son sus requerimientos de funcionamiento. En ese sentido, se va a hacer un trabajo bien cuidadoso, de tal manera de que la reforma cuando se presente no solamente se aplique de manera gradual, sino que además se pueda adaptar al funcionamiento de cada una de ellas”, enfatizó.
En ese contexto, es que el ex presidente del Banco Central, comunicó que el Ejecutivo le solicitó tener un crecimiento de productividad del 1,5% anual.
Sin embargo, aclaró que si dicha cifra no se logra, no significa que el proyecto quedará descartado. “Aun si tuviéramos cifras de 1,5% este año, no podríamos tener la seguridad de que eso se va a sostener en el tiempo. Esto es una tarea de mediano y largo plazo“, manifestó.
Finalmente el secretario de Estado afirmó la relevancia de que la misma propuesta de reducción de jornada laboral “incorpore el aumento de productividad para que tenga un efecto positivo“.