Nacional
Salud
29/03/2022
En las últimas semanas, Chile ha experimentado una evidente baja de casos respecto al peak que se registró durante el mes de febrero, a raíz de la variante Ómicron que continúa circulando en el territorio.
Las propias autoridades de salud han destacado este escenario, así como también la reducción en las consultas respiratorias y hospitalizaciones, lo que ha permitido reducir la presión sobre la red asistencial.
No obstante, la vacunación sigue siendo un desafío constante, sobre todo en el actual escenario donde el ritmo llegó al nivel más bajo de los últimos siete meses.
El promedio semanal de inoculados cayó un 37% en las últimas dos semanas, pasando de 617 mil personas en siete días a 387 mil en la última semana. En la población adulta, 1,6 millones de personas aún no acuden por su dosis de refuerzo, mientras que en niños de 3 a 5 años, sólo el 68% ya cuenta con esquema de inmunización completo.
Este último punto también resulta relevante si se considera el retorno obligatorio a clases presenciales, por lo que el Ministerio de Educación ya hizo una modificación al protocolo, estableciendo un 80% de umbral mínimo de alumnos vacunados por sala para eliminar aforos, estrategia que va de la mano con potenciar la vacunación en los establecimientos, durante lo que resta de marzo y abril.
¿Cuál es el real desafío al que se enfrenta el nuevo Minsal?
Según comentan ex autoridades de Salud y expertos en Salud Pública, por un lado es imperativo mejorar la comunicación de riesgo y no perder de vista la transmisión efectiva del estado de la pandemia a la población; y, por otro, garantizar el acceso a las vacunas en las zonas que aún resta por abordar, incluyendo a los reticentes y rezagados.
Comunicación de riesgo
"El desafío fundamental está dado por mantener en la sociedad completa la preocupación por tener su esquema de vacunación al día", señala Patricio Silva, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Central.
"¿Por qué es un desafío? porque con el correr el tiempo, se produce la fatiga comunicacional frente al problema, y por otro lado, se genera un menor temor a la posibilidad de enfermar", complementa.
"Lo que yo hecho de menos, es una campaña permanente de comunicación a la población", indica el decano. Asimismo, cree que el haber disminuido "la importancia de dar a conocer los nuevos casos, y no implementar una forma en que la población pueda estar atenta a lo que ocurre", puede llevar a que, de seguir una baja vacunación, aumenten los casos de covid-19.
La fórmula, dice, debe tener suficiente creatividad para conseguir que las personas entiendan los mensajes como algo más allá de una "simple noticia", y por otro lado, que dichos mensajes "sean claros, precisos, sin tanta opinión", e idealmente con reportes "quizás no desde La Moneda, pero sí desde el Minsal".
En esta línea, la coordinadora de Salud Pública de la Escuela de Medicina de la Universidad de Magallanes, Lidia Amarales, concuerda en que la percepción de riesgo "ha ido cambiando y disminuyendo, sobre todo con esta última variante, que fue más contagiosa pero claramente tenia menos gravedad. Pero no por eso las personas que hacían un cuadro grave tenían menos posibilidad de fallecer".
La también ex subsecretaria de Salud Pública plantea que la percepción de riesgo tiene que apoyarse en "campañas sanitarias, con información veraz desde el Ministerio de Salud, es decir, desde donde se toman las medidas sanitarias", aunque a su juicio, "más que el matinal semanal (del anterior Minsal), la idea es entregar información con sentido sanitario.
Espero que este Gobierno asuma esa responsabilidad y ese desafío", sostuvo. Por su parte, el doctor Jorge Ramírez, especialista en Salud Pública de la Universidad de Chile, recuerda que "cuando la comunicación se torna excesiva, con muchos datos, se puede generar que se mantenga a la población de preocupación constante, sin que eso necesariamente se traduzca en las conductas. Por lo tanto, la efectividad de la comunicación debe evaluarse según el objetivo que se tenga".
"Es poco probable que a las personas les sirva el reporte diario con cuantos casos suben o bajan", comenta. Por eso, cree que es necesario esperar cómo la Comisión Nacional de Respuesta Pandémica (CNRP) abordará el tema, aunque cree que la línea debiera apuntar a "algo más sobrio que sin producir un impacto emocional mayor, logre mantener las tasas de cumplimiento de medidas sanitarias y evidentemente, la vacuna".
Garantizar acceso y estrategia para rezagados
Con todo, la doctora Amarales plantea que los planes que ha impulsado el Minsal en materia de acceso, van en el sentido correcto al preocuparse de llevar la vacunación a los establecimientos educacionales, tal como se hacía tradicionalmente con otras campañas en nuestro país. Sin embargo, cree que hay que apostar por llegar "más allá del 85% y hasta 90% en toda la población, específicamente en la poblacion infantil".
Para ello, es necesario "hacer una buena evaluación de la población rezagada o entre quienes tienen niveles socioeconómicos y culturales más bajos. Tenemos que llegar a los rezagados y acercarse a las empresas, al retail, a las poblaciones, con equipos móviles para que ellos no tengan que trasladarse".
Esto también requerirá una campaña específica de vacunación, orientada a estos grupos, que vaya de la mano con "información veraz, científica, que los ayude a entender y los lleve a tomar la decisión de vacunarse", zanjó.
Disponibilidad física de vacunas
El doctor Ramírez recuerda que todos los desafíos en vacunación también están supeditados a la disponibilidad física de vacunas. Entre ellos, está la iniciativa del Ministerio de Ciencia, en concordancia con otras carteras -incluyendo Salud- para potenciar a mediano plazo la producción en Chile.
"En el intertanto, es importante que se asegure el stock de vacunas para la población y eso tiene que ver con una planificación adecuadas de compras a largo plazo. Es difícil, pues aún no existe una claridad respecto al esquema que se va a seguir: si habrá refuerzos, vacunación anual o dos veces al año", afirma.
En esta misma línea, recuerda que si bien es positivo asegurar la vacunación para el país, esto debe ser de la mano con lo que ocurra en el resto del mundo y "Chile debiera incorporar la participación de acceso con los países limítrofes", pues de lo contrario habrá durante mucho tiempo un escenario con aparición de nuevas variante.
"No es predecible que con el correr del tiempo las variantes vayan siendo más leves, eso no es así. La probabilidad de cómo será la nueva variante se renueva cada vez que aparece una nueva", afirmó.