Nacional
Crónica
11/03/2022
Desde uno de los balcones del Palacio de la Moneda, mirando hacia la Plaza de la Constitución, el recién asumido Presidente de Chile, Gabriel Boric Font, realizó esta tarde su primer discurso oficial dirigido a la nación en el que remarcó las principales demandas ciudadanas como la salud, la sequía y el endeudamiento por la educación, entre otros.
"Chilenas y chilenos. Habitantes de nuestra patria. Pueblo de Chile: esta tarde, por primera vez les hablo como Presidente de la República; como Presidente de todas y todos los que habitamos este país que tanto queremos a Chile, que ha sufrido tanto y que tanas alegrías nos ha dado. Gracias infinitas por darme este honor", dijo el ex diputado y antiguo líder estudiantil al comienzo de su alocución ante miles de seguidores que le esperaron por horas tras la solemne ceremonia, en Valparaíso, donde recibió la banda presidencial y prestó promesa "ante el pueblo y los pueblos de Chile".
Nacido en 1986 en la austral ciudad de Punta Arenas (Región de Magallanes), Boric se convirtió, a sus 36 años, en el gobernante más joven de la historia del país.
Es también el primer mandatario que no forma parte de los dos bloques que gobernaron el país desde el retorno a la democracia en 1990, y encabeza el primer Gobierno con más mujeres que hombres del continente americano y el más izquierdista desde el derrocado Salvador Allende (1970-1973).
"El pueblo de Chile es protagónico en este proceso. No estaríamos aquí sin las movilizaciones de ustedes y quiero que sepan que no llegamos aquí para llenar cargos, solazarnos entre nosotros y para generar distancias inalcanzables; llegamos a entregarnos en cuerpo y alma al compromiso de hacer mejor la vida en nuestra patria", afirmó el nuevo Jefe de Estado frente a la multitud.
"He vistos sus caras, recorriendo nuestro país, compatriotas: las de las personas mayores cuya pensión no les alcanza para vivir, porque algunos decidieron hacer de la previsión un negocio; las de quienes se enferman y sus familias no tienen cómo costear el tratamiento; las de los estudiantes endeudados; las de los campesinos sin agua por sequía y por saqueo; las de las mujeres que cuidan a sus niños con T.E.A., que en cada lugar de Chile me las encuentro, a sus familiares postrados y a sus bebés indefensos", declaró.
Las caras, prosiguió, "de las familias que siguen buscando a sus detenidos desaparecidos, que no dejaremos de buscar; las de las disidencias y diversidades de género que han sido discriminadas y excluidas por tanto tiempo; las de los artistas que no pueden vivir su trabajo, porque la cultura no es lo suficientemente valorada en nuestro país; las de los pueblos originarios, despojados de sus tierras, pero nunca de su historia; las de la clase media acogotada; las de los niños y niñas del Sename; las caras de las zonas más aisladas de este país, como Magallanes; y las de quienes viven en la pobreza olvidada".
"Con ustedes es nuestro compromiso", prometió.
"Quiero que sepan que como Presidente de Chile y nuestro gabinete, no le haremos el quite a los problemas, vamos a explicar y contarles el porqué de nuestras decisiones y eso requiere cambiar la relación que se tiene con las autoridades, que no sean inalcanzables, queremos ministros en terreno en la calle, no hacer visitas a regiones por un par de horas, escuchar, no estar escondidos, que este sea el Gobierno del pueblo, de todos los chilenos y para eso nos vamos a necesitar todos, Gobierno y oposición, instituciones y sociedad civil", añadió.
En su discurso, Boric relevó el trabajo de la Convención Constitucional y se comprometió a acompañarla "de manera entusiasta".
Al respecto, subrayó la necesidad de reemplazar la actual Carta Magna, vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet, con "una Constitución que nos una, que sintamos como propia, una Constitución que nazca en democracia", destacó.
En otro orden, prometió "redistribuir" la riqueza en Chile, uno de los países más desiguales del continente.
"Sabemos que la economía sigue resentida y que el país necesita ponerse de pie, crecer y repartir de manera justa los frutos de este crecimiento, porque no hay distribución de la riqueza, cuando la riqueza se concentra solo en unos pocos, la paz es muy difícil. Necesitamos redistribuir la riqueza que producen quienes habitan nuestra patria", sostuvo.
De igual forma, Boric dijo que promoverá "siempre" el respeto a los derechos humanos "en todo lugar y sin importar el color del gobierno que los vulnere", en una clara referencia a la invasión rusa a Ucrania y los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
"Desde Chile, en nuestra América Latina, porque somos profundamente latinoamericanos (...), haremos esfuerzos para que la voz del sur se vuelva a escuchar firme en un mundo cambiante", planteó.
Respecto de la inseguridad, Boric reconoció que "millones de chilenas y chilenos viven con temor y no podemos mirar para el lado de eso. Vamos a enfrentar el problema de la delincuencia enfrentando la desigualdad social, que es su origen, y con una reforma a las policías que asegure su presencia donde más se les necesita, que aumente la efectividad de la investigación y que se concentre en las organizaciones criminales y de narcos que destruyen nuestros barrios".
El nuevo Presidente afirmó que hay que "reparar las heridas del estallido social", la mayor ola de protestas que comenzó en el año 2019 y que dejó una treintena de fallecidos y miles de heridos.
"Necesitamos reparar las heridas que quedaron del estallido social, y por eso hemos retirado las querellas por Ley de Seguridad Interior del Estado", señaló, recordando que, en la víspera, su Gobierno anunció que eliminaría casi 140 querellas contra manifestantes que fueron detenidos.
El Mandatario admitió que "enfrentaremos grandes desafíos en el norte y en el sur".
"En el norte, por la crisis migratoria, donde vamos a retomar el control de nuestras fronteras y trabajaremos junto a los países hermanos para abordar el éxodo de miles de seres humanos", subrayó.
En el sur, en tanto, se refirió a la crisis en La Araucanía: "No es el conflicto mapuche; es el conflicto entre el Estado chileno y un pueblo que tiene derecho a existir. Y la solución no es ni será la violencia. Trabajaremos incansablamente por reconstruir las confianzas después de tantas décadas de abuso y de despojo".
"El reconocimiento a existir de un pueblo, con todo lo que eso implica, será nuestro objetivo y nuestro camino será el diálogo, la paz, el derecho y la empatía con todas las víctimas", añadió.
Al cierre de su primer discurso, Boric confesó que asume "con humildad, con consciencia de las dificultades el mandato que ustedes me han confiado. Lo hago también con la convicción de que sólo en la construcción colectiva de una sociedad más digna podremos fundar una vida mejor".
"En Chile no sobra nadie. La democracia la construimos juntos y la vida que soñamos sólo puede nacer de la convivencia, el diálogo, la democracia, la colaboración y no la exclusión. Sé que en cuatro años más el pueblo de Chile nos juzgará por nuestras obras y no por nuestras palabras. Hoy era necesario hablar y mañana, todos juntos a trabajar", abogó el Presidente.
"Como pronosticara hace casi 50 años Salvador Allende, estamos de nuevo, compatriotas, abriendo las grandes alamedas por donde pase el hombre y la mujer libre, para construir una sociedad mejor. Seguimos. ¡Viva Chile!", concluyó, ante los vítores de sus seguidores.