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19/11/2025
De cara a la segunda vuelta presidencial del próximo 14 de diciembre, la Policía uniformada puso en marcha un plan de reforzamiento de la escolta para los aspirantes a La Moneda, en un contexto de mayor movilidad, actos públicos y expectativa ciudadana.
Desde la confirmación del balotaje, Carabineros, a través de su Departamento de Protección de Personas Importantes (PPI), informó que a ambos candidatos se les ofrece un aumento de protección que contempla alrededor de diez funcionarios especializados, lo que representa un incremento respecto de los seis escoltas que tenían inicialmente.
No obstante, la propuesta no fue recibida de manera homogénea. Jara, en un acto en La Pintana, declaró que rechazaba el reforzamiento: “a mí me quieren aumentar ahora la escolta presidencial y yo me niego. ¿Saben por qué? Porque me gustaría que esos Carabineros estén en los barrios, yo no necesito más carabineros persiguiéndome, porque sobre ninguno de los dos candidatos hay ninguna amenaza”.
Carabineros, por su parte, señaló que este tipo de medidas son recomendaciones habituales al elevarse el perfil del contendiente y sus actividades públicas, aunque insistió en que no existe una amenaza directa que justifique una alerta especial en este momento.
Para José Antonio Kast, el reforzamiento ya se visibilizó en recientes actos de campaña con elementos de seguridad adicionales —como el uso de vidrio blindado— que, según fuentes policiales, fueron gestionados por su equipo y no mediante recomendación directa de la PPI.
Este reforzamiento también obedece al mayor número de desplazamientos que ambos candidatos realizarán en las próximas semanas, lo que obliga a coordinar con anticipación las “avanzadas” del equipo de seguridad para evaluar puntos de concentración, recorridos, accesos y eventuales riesgos logísticos.
Con la carrera presidencial entrando en su tramo final y la segunda vuelta formalizada, la seguridad de los candidatos se transforma en un elemento clave de la contienda. Si bien hasta ahora no se reportan amenazas concretas, el protocolo de protección eleva su intensidad sin que ello implique necesariamente un cambio en la situación de riesgo.