El anuncio de la primera etapa del “Plan Conservación Palacio de La Moneda”, con un presupuesto asignado de $4.629 millones y un plazo de ejecución de 365 días, ha generado críticas desde la oposición por el momento escogido y los montos involucrados. 

La iniciativa contempla, entre otros trabajos, la renovación de la iluminación exterior de la fachada del palacio, la adecuación de espacios interiores y la rehabilitación del denominado “Auditorio Prieto”, ubicado bajo el nivel de calle del palacio, para lo cual se destinarán alrededor de $560 millones para nueva acústica y luminarias. 

Reacciones de la oposición

La senadora Ximena Rincón (Demócratas) expresó su descontento con la medida:

“Todo lo hacen a destiempo y sin fijar prioridades, quizás quién ganó la licitación.” 

Por su parte, el diputado Andrés Jouannet (Amarillos) señaló que “el arreglo del Palacio de La Moneda muestra el estándar de este Gobierno, todo a medias (…) estamos en momentos de crisis y uno hubiera esperado que, más allá de los montos, se guardaran esto justamente para temas más urgentes.” 

Contexto y preocupaciones

El proyecto arranca justo cuando el país enfrenta fuertes presiones económicas, déficits fiscales y demandas sociales que exigen priorización de recursos hacia servicios públicos, educación y salud. Los críticos argumentan que destinar sumas importantes a la remodelación del principal edificio gubernamental podría enviar una señal equivocada respecto de las prioridades del Estado.

Además, cuestionan que los trabajos se desarrollen en un momento en que se aproxima el cambio de mando programado para el 11 de marzo del próximo año, lo que añade al discurso opositor la percepción de un uso simbólico de los recursos más allá de la necesidad funcional. Emol

Respuesta del Gobierno

Desde el gobierno, por su parte, se destaca que la intervención busca preservar un patrimonio histórico y asegurar la funcionalidad de un edificio que acoge actos de Estado y visitantes institucionales. La autoridad responsable del plan hizo hincapié en que los plazos y montos corresponden a estándares de conservación patrimonial y que los trabajos no comprometerán otras prioridades presupuestarias.

Mirando hacia adelante

El desarrollo de esta remodelación será observado de cerca tanto por su gestión como por su impacto simbólico en el clima político. Si bien la obra podría potenciar la imagen institucional del Ejecutivo, también puede convertirse en un blanco de críticas recurrentes si los recursos no se perciben alineados con las urgencias ciudadanas.