Apuestan por estrategias comunitarias para enfrentar emergencias en el Biobío

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25/10/2025


La prevención es hoy uno de los pilares en la gestión del riesgo de desastres. Conscientes de que ninguna institución puede enfrentar sola la magnitud de una emergencia, desde el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) en el Biobío se impulsa hoy la instalación de una cultura ciudadana de autocuidado y preparación.

Debido a eso, su director regional, Alejandro Sandoval, explicó que el objetivo es que las personas reconozcan sus riesgos y actúen con rapidez frente a escenarios como terremotos, tsunamis o incendios forestales. “Fomentar la autoprotección es clave: que la ciudadanía sepa cuándo y cómo evacuar, y que no espere la instrucción de una autoridad para ponerse a resguardo”, señaló.

Planes de cultura preventiva

Sandoval detalló que uno de los principales instrumentos es el programa Familia Preparada, que en ocho pasos enseña a evaluar riesgos del hogar, armar un plan de emergencia y preparar una mochila de evacuación. A ello se suma el Visor Chile Preparado, una plataforma que permite revisar en línea mapas de amenaza por tsunami, volcanes o incendios.

Otro eje son los talleres de microzonificación de riesgo y recursos, donde barrios organizados construyen colectivamente su plan de emergencia. Allí, en conjunto con las juntas de vecinos, se elabora el mapeo de riesgo y posteriormente se definen los protocolos de acción comunitaria.

Para ponerlo en contexto territorial, a nivel municipal, la Ley 21.364 obliga a cada comuna a contar con planes de emergencia y reducción de riesgo. “La principal tarea está en los municipios. Nosotros entregamos metodologías y capacitamos funcionarios para que repliquen el trabajo en terreno”, sostuvo.

En adición, agregó que Senapred también impulsa los cursos CERT (Community Emergency Response Teams), en los que voluntarios, bomberos y Cruz Roja capacitan a comunidades para responder durante las primeras horas de una emergencia. Los vecinos aprenden primeros auxilios, uso de extintores y organización para enfrentar incendios o sismos mientras esperan a los equipos especializados.

“En la Región contamos además con más de 250 comités de prevención comunitaria vinculados a incendios forestales y con programas similares de Conaf, Minvu e Injuv. Todo apunta a empoderar a la comunidad en la gestión del riesgo”, remarcó, con el fin de especificar la gestión interinstitucional.

Simulacro de tsunami en noviembre

El próximo hito en esa estrategia será el simulacro de sismo y tsunami del viernes 7 de noviembre, a las 11:00 horas, que abarcará las 13 comunas costeras del Biobío y tres de Ñuble. La meta es movilizar a más de 550 mil personas que viven o trabajan en zonas de riesgo.

Según Sandoval, la preparación incluyó la actualización de todos los planos de evacuación comunales, creación de nuevas rutas y coordinación con colegios, Fuerzas Armadas, Carabineros, PDI e instituciones privadas. “Queremos que la mayor cantidad de población practique la evacuación, con su mochila de emergencia y considerando a sus mascotas”, precisó.

De igual manera, aseguró que dicho simulacro contempla a las islas: Mocha, Santa María y Quiriquina, que cuentan con planos de evacuación propios. En síntesis, a las 11:02 horas se emitirá un mensaje SAE a todo el borde costero, lo que permitirá activar planes en instituciones y servicios públicos.

Ahora bien, durante este mes ya se han realizado ferias informativas con un simulador sísmico en comunas como Los Álamos, Lebu, Tirúa, Arauco, Coronel, San Pedro de la Paz, Talcahuano y Tomé. Sin embargo, será durante el jueves 30 de octubre cuando habrá un acto central en la Plaza de la Independencia de Concepción con todos los actores del sistema.

En paralelo, Sandoval enfatizó la diferencia entre un plan de acción para un tsunami lejano, como el del 30 de julio pasado, y un tsunami cercano como el que se pretende simular. “Si el sismo es tan fuerte que cuesta mantenerse en pie, la evacuación debe ser inmediata. No se debe esperar una orden o una sirena”, advirtió.

Por último, el director hizo un llamado a evitar el llamado turismo de desastres. Recordó que, en emergencias reales, personas se han acercado a filmar olas o incendios, exponiendo sus vidas y dificultando el trabajo de bomberos y rescatistas. “Hay que alejarse del peligro y no exponerse innecesariamente. La responsabilidad ciudadana no solo protege a quien la ejerce, sino que también evita poner en riesgo a los primeros respondedores”, concluyó.



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