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Crónica
13/08/2025
Un grupo de científicos chilenos concretó un importante avance tecnológico tras editar genéticamente el trigo para que el pan tenga un mayor contenido de fibra, mejorando así su aporte nutricional a la población.
El increíble avance científico fue posible gracias al trabajo de la startup chilena Neocrop Technologies en alianza con Campex Baer, la semillera privada más antigua de Chile, y Buck Semillas, una de las compañías semilleras más relevantes de Argentina.
A pesar de que las compañías llevan trabajando un largo tiempo en este proyecto, en los últimos días se dio a conocer que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) autorizó el comienzo de los ensayos de campo, es decir, que este trigo comience a cultivarse, según reveló Neocrop.
Con ello, este trigo editado se convierte en el primero que recibe una resolución favorable por parte de un marco regulatorio en América, lo que es un hito internacional para la biotecnología agrícola.
Esta versión mejorada de trigo no es un transgénico, ya que no fue genéticamente cambiado. Los expertos no introdujeron nuevos genes de ADN al trigo, sino que lo modificaron con su propia estructura molecular.
"Es, en simple, una tijera molecular con la que tú puedes cortar ADN, cortar y pegar, y hasta hoy en día mayormente se ocupa para cortar y silenciar genes, entonces de esa manera trabajas con el ADN de la propia planta, no agregas nada de afuera", explicó el biotecnólogo y fundador de Neocrop, Daniel Norero.
En Chile y Argentina, el consumo promedio de fibra representa la mitad de lo que recomiendan las guías oficiales de salud y nutrición, que corresponde a 25 gramos diarios.
Además, ambos países aparecen entre los cinco mayores consumidores globales de pan blanco y otros productos elaborados con harina blanca refinada, que justamente carece de fibra.
"Para abordar este problema apuntamos a desarrollar líneas comerciales de trigo con 5 a 10 veces más fibra, lo cual permitiría producir harinas blancas con un beneficio nutricional mayor al de las harinas integrales, ayudando a cerrar la brecha de bajo consumo de fibra en el cono-sur a través de alimentos tan comunes como el pan y otros derivados de la harina blanca de trigo", afirmó Norero.
"Con una porción de pan, por ejemplo, dos rebanadas, esperamos poder suplir por lo menos la mitad diaria de fibra. Un producto como este, con más fibra, ¿qué es lo que te va a generar? Que pierdas un par de kilos de peso, que reduzca tu riesgo de hipertensión y tu riesgo de diabetes", aseguró el experto.
Con relación a los precios de este producto, Norero reconoció que podría ser más costoso que el pan tradicional, aunque esto podría variar con el tiempo en la medida en que la demanda aumente.