Nuevo umbral electoral y castigo por cambio de partido: Diputados del Biobío en debate por reforma al Sistema Político

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28/07/2025


La reciente aprobación en general de la reforma al sistema político y electoral por parte de la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputadas y Diputados ha encendido la discusión en el país. En el Biobío, actores políticos observan con atención los efectos que este proyecto podría tener en la representación regional y en el equilibrio del Congreso Nacional.

La iniciativa, que ya entró en su etapa de análisis en particular, introduce cambios estructurales. El más controversial: un umbral del 5% de los votos válidos a nivel nacional como requisito mínimo para que un partido obtenga escaños en la Cámara Baja.

Visión de parlamentarios del Biobío

En zonas como Concepción y otras regiones del país, donde han emergido fuerzas políticas con fuerte arraigo local pero sin despliegue nacional, el nuevo umbral amenaza con limitar su acceso al Congreso.

“Esto me recuerda al sistema binominal, aunque con matices. Lo que se está haciendo es restringir la representatividad de ciertos sectores, especialmente de movimientos ciudadanos y regionalistas”, advirtió la diputada del Partido Comunista por el distrito 20, María Candelaria Acevedo.

La parlamentaria valoró que se abra el debate sobre el sistema político, pero criticó que la medida “no fortalece la democracia”, e incluso advirtió que “podría reproducir las desigualdades del pasado”.

Un cambio con efectos en el Congreso

Uno de los artículos más debatidos es el que impide que un parlamentario que renuncie a su partido mantenga su escaño, salvo en casos justificados. La medida busca frenar el llamado “transfuguismo político”, una práctica que ha tensionado el actual período legislativo.

El diputado Sergio Bobadilla (UDI), también del distrito 20, defendió con fuerza la reforma: “Es necesaria y urgente. No podemos seguir con un Congreso fragmentado donde tres o cuatro diputados traban todo el proceso legislativo. Hay que exigir un piso mínimo para tener representación y el 5% no es un capricho”.

“Por otro lado, esto de las sillas musicales que los diputados salen elegidos por un partido y después se cambian a otro y más adelante a otro más y la verdad que eso es no tomar en serio la representación política que uno da. Cuando uno es electo vota por la persona y por las ideas políticas que representa. Por eso, el perder el escaño cuando se cambia de partido, es lo correcto”, manifestó el diputado Bobadilla.

Sin embargo, la propuesta no es unánime. El diputado Félix González fue tajante: “Este proyecto es antidemocrático. Alguien puede ser primera mayoría en su distrito y quedar fuera por no tener un 5% nacional. Es como meterle la mano a la urna”.

Desde su mirada, González advierte que este tipo de reformas pueden acallar voces distintas, precisamente aquellas que han emergido desde regiones como el Biobío, donde el centralismo político ha sido históricamente un punto de crítica.

Transición y ajustes en camino

Para evitar una eliminación masiva de partidos menores en las próximas elecciones, la reforma establece un umbral transitorio del 4% para 2025, y contempla fusiones entre colectividades que, juntas, puedan superar ese piso.

Además, se faculta al Servel para actualizar cada 10 años la distribución de escaños por distrito, de acuerdo a criterios de población. En regiones como el Biobío, que ha registrado crecimiento demográfico en zonas como San Pedro de la Paz o Coronel, esto podría traducirse en una redistribución parlamentaria futura.

La diputada UDI Flor Weisse valoró esta flexibilidad: “Esta reforma va en la dirección correcta para recuperar la confianza en la política. El umbral del 5% es clave para evitar la dispersión que hoy complica la gobernabilidad”.

Además, señaló que “me parece justo actualizar periódicamente los escaños según la realidad demográfica. Y valoro que se contemple una disposición transitoria para las elecciones de 2025, que permita una implementación gradual. Esta reforma va en la dirección correcta para recuperar la confianza en la política”.

¿Disciplina o partidocracia?

Uno de los puntos de mayor fricción sigue siendo el riesgo de un exceso de control de los partidos sobre los parlamentarios, lo que algunos califican como “partidocracia”.

“Si los parlamentarios quedan secuestrados por las directivas, lo que tendremos no será una democracia más sólida, sino una más cerrada y menos pluralista”, advirtió González.



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