En los últimos días, el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) ha visto un recrudecimiento de su conflicto interno, con crecientes tensiones entre funcionarios y el sindicato que los representa. 

Según fuentes al interior de la institución, las diferencias se centran en materias de negociación colectiva, condiciones laborales y el rol que el sindicato debe asumir en la representación de los trabajadores. Aunque los detalles precisos de las demandas no han sido divulgados públicamente por completo, la situación habría escalado en las últimas semanas, generando un clima de inquietud entre el personal.

Voceros del sindicato —que prefirieron mantener el anonimato ante el avance de las conversaciones— señalan que “no se trata sólo de reivindicaciones salariales, sino también de transparencia en los procesos internos y de la participación de los funcionarios en decisiones que afectan directamente su trabajo”. Por su parte, la administración del SERNAC habría respondido con gestos de apertura, pero sin concretar aún una hoja de ruta clara para resolver el conflicto.

Este escenario tiene implicancias para la labor de la institución, ya que una prolongación de las discrepancias podría afectar la operatividad del organismo regulador de consumidores. Algunos trabajadores han expresado preocupación por posibles repercusiones en la atención al público y en la eficiencia de las gestiones de reclamo.

Expertos en relaciones laborales señalan que, cuando los conflictos sindicales alcanzan este nivel, la salida más sostenible pasa por un modelo de diálogo en que ambas partes establezcan plazos, compromisos y un mecanismo de seguimiento claro. En este sentido, advierten que la falta de avance podría derivar en movilizaciones internas, que obligarían al organismo a activar planes de contingencia.

Por ahora, los actores involucrados mantienen la mesa de negociación abierta. Las próximas semanas serán clave para ver si ambas partes logran superar sus diferencias o si el conflicto deriva en una confrontación más pública.