La política de vivienda en el país pasa por un crisis severa. O así, al menos, lo revela un estudio de la consultora Colliers, que apunta a una paradoja insostenible. "Mientras el costo de los subsidios habitacionales se dispara, el número de beneficiarios cae de modo significativo.

Al mismo tiempo, los campamentos informales no solo aumentan en número, sino que triplican la cantidad de familias que los habitan", dice Reinaldo Gleisner, vicepresidente de la firma.

Es que, en específico, el estudio destaca que entre 2018 y el período 2023-2024, el costo por subsidio entregado subió un 144%, mientras que las prestaciones descendieron un 30%.

"En paralelo, los campamentos se duplicaron desde 2014, y el número de hogares en ellos se ha triplicado, según datos del MINVU, BID, TECHO-Chile y el Observatorio de Ciudades UC", dice Gleisner.

El detalle

El análisis destaca que entre 2023 y 2024, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo entregó en promedio 136.111 subsidios habitacionales al año, con un costo total de 95,6 millones de UF y un gasto promedio por subsidio de 702 UF. En contraste, en 2018 se otorgaron 193.481 subsidios con un costo total de 57,8 millones de UF y un valor promedio por prestación de apenas 299 UF.

"Esto implica -dice Gleisner- que, en cinco años, el número de subsidios cayó un 30%, mientras el costo total aumentó un 66%, y el valor por subsidio se disparó un 144%. Este crecimiento no guarda relación con la evolución de los precios de mercado: según cifras privadas, los costos de construcción subieron apenas un 7% y los precios de venta de viviendas un 16% en el mismo período".

"En términos fiscales, los subsidios representaron en 2023-2024 un gasto promedio de US$4.069 millones anuales, equivalente al 4,6% del Presupuesto de la Nación. Mientras el PIB creció un 15% entre 2018 y 2024 y el presupuesto público un 19%, el gasto en subsidios lo hizo en un 69%, consolidando una tendencia claramente insostenible", indica asimismo el ejecutivo.

Programas más caros

Según el estudio "tres programas concentran la mayoría del gasto: el DS49, orientado a los hogares más vulnerables; el DS01, para sectores emergentes; y el DS19, para clase media". "En conjunto, estos tres representan el 82% de los recursos del Minvu y benefician al 50% de los receptores de subsidios. En 2018, representaban el 69% del gasto y llegaban al 33% de los beneficiarios", señala.

Campamentos fuertemente al alza

Los campamentos han ido fuertemente al alza. Si en 2010 estos llegaban a los 660 -para ese año incluso se hablaba del fin de los campamentos- en 2025 están en 1.400.

Y si en 2010 95 mil personas vivían en ellos, hoy la cifra alcanza los 330 mil. "Estas comunidades, establecidas principalmente fuera del límite urbano, carecen de servicios básicos como agua potable, alcantarillado y electricidad formal", dice Gleisner. Asegura también que "la convivencia está regida por relaciones informales de poder, frecuentemente dominadas por quienes lideraron la toma de terreno. La seguridad es precaria, con presencia eventual de tráfico de drogas, violencia y crimen organizado".

Señala también que "una solución masiva para estos hogares —por ejemplo, vía programa DS49— implicaría un gasto superior a las 204 millones de UF, más del doble del presupuesto actual del MINVU. Además, requeriría 2.000 hectáreas para viviendas unifamiliares o 800 hectáreas para edificios de hasta 4 pisos. Como referencia, toda la comuna de San Miguel abarca apenas 1.000 hectáreas".

"La actual política habitacional, con subsidios crecientemente onerosos, baja efectividad y un contexto social más demandante, parece haber llegado a un punto de inflexión.

La magnitud del desafío obliga a revisar el modelo, innovar en soluciones y, sobre todo, recuperar la capacidad del Estado de anticiparse a la emergencia social antes de que esta imponga sus propias reglas", sostiene el ejecutivo.