La atención médica en el mundo rural del Biobío sigue enfrentando obstáculos que, pese a los avances registrados en algunas comunas, aún afectan de manera significativa a miles de familias.

Desde la Asociación de Municipalidades de la Región del Biobío se reconoce que la situación de los médicos rurales “es un desafío estructural que impacta directamente en la calidad de la atención en comunas apartadas”, según expresó Marcela Tiznado, presidenta de la comisión de Salud de la entidad y alcaldesa de Lebu.

La autoridad explicó que la mayoría de los médicos que hoy se desempeñan en postas rurales lo hacen como parte del Programa Nacional de Médicos Generales de Zona, lo cual permite financiar sus becas de especialidad. Sin embargo, apuntó que “la lógica de rotación, generalmente de tres años, impide consolidar equipos estables y dar continuidad a la atención primaria en lugares donde más se necesita”.

Falta de especialistas

Desde la Asociación se insiste en que el déficit de profesionales no se limita a médicos generales.

“La falta de especialistas es dramática, no sólo en nuestra región, sino en todo el país. Aunque el Biobío se posiciona como una de las regiones con mayor número de especialistas, esta concentración se da en las zonas urbanas. Las comunas rurales enfrentan enormes dificultades para acceder a atención oportuna”, advirtió Tiznado.

Además, explicó que el problema se agudiza en invierno, cuando lluvias y temporales interrumpen caminos y rutas, dejando aislados a sectores completos.

La realidad en Santa Juana

Una de las comunas que refleja estos desafíos es Santa Juana. María Jiménez Soto, directora del Departamento de Salud comunal, explicó que la falta de médicos es crítica, incluso para reforzar servicios en periodos específicos como la campaña de invierno.

“Santa Juana es una de las comunas geográficamente más grandes de la provincia de Concepción y, aunque está a sólo 50 kilómetros de la capital regional, esa distancia no garantiza una cercanía efectiva. Llevamos dos o tres meses buscando un médico que pueda reforzar la atención de pacientes respiratorios y no hemos tenido éxito. Es casi imposible encontrar profesionales dispuestos a venir a trabajar acá”, señaló.

Jiménez sostuvo que esta situación también afecta a comunas vecinas, como Florida, y subrayó que el problema no es solo la lejanía, sino la falta de incentivos concretos para que los profesionales opten por ir a zonas rurales.

Coordinación y propuestas

A pesar de este escenario, Tiznado destacó que existen esfuerzos de coordinación entre municipios y el Ministerio de Salud, como el impulso de la telemedicina. No obstante, recalcó que “aún enfrentamos brechas relevantes. Falta inversión en infraestructura sanitaria, sobre todo en comunas afectadas por los incendios forestales, y se requieren incentivos económicos reales para atraer y retener profesionales en el mundo rural”.

La también alcaldesa de Lebu propuso además que las universidades incorporen con más fuerza la formación en salud rural, considerando que “no se puede gestionar lo que no se comprende desde la experiencia”.

“Es momento de avanzar hacia una salud rural digna, sostenible y coherente con las necesidades del territorio. Las familias de nuestras comunas lo merecen”, afirmó.

Avances y retos en Quilaco

El caso de la comuna de Quilaco es un ejemplo de esto, y el director de Salud Municipal de Quilaco, Marcelo Quezada, explicó que en los últimos dos años han registrado un aumento del 35% en el número de consultas médicas.

“Esto implica que hay un mayor acceso y oportunidad de atención para nuestros vecinos y vecinas, con una oferta que permite alcanzar un promedio de 1.3 atenciones por habitante inscrito al año. Esto se ajusta al estándar internacional para garantizar acceso oportuno”, dijo.

Quezada también destacó que, pese a la dispersión geográfica y dificultades de transporte, Quilaco cuenta con cuatro postas rurales que reciben rondas médicas al menos una vez por semana. En sectores con alta presencia de adultos mayores, incluso se realizan visitas adicionales.

Apoyo a los adultos mayores

Uno de los focos de la salud rural en Quilaco ha sido el trabajo con la población mayor. Según explicó Quezada, la comuna ejecuta el programa “Más adultos mayores autovalentes”, que promueve habilidades cognitivas y capacidad de desplazamiento de autovalencia por parte de los adultos mayores, para que su envejecer sea más sano.

A esto se suma una sala de rehabilitación musculoesquelética, impulsada directamente por el municipio. “Si bien por la cantidad de habitantes no nos corresponde una Sala RBC, el municipio tomó la decisión de implementarla por iniciativa propia, especialmente para beneficiar a nuestros adultos mayores”, puntualizó el directivo.

Desde Diario Concepción se intentó obtener la visión del Colegio Médico sobre este problema, pero no fue posible obtener una respuesta.