El megacorte de energía eléctrica que afectó esta semana en gran parte del país, desde Arica y Parinacota hasta Los Lagos, volvió a revelar la fragilidad del sistema eléctrico del país y la urgente necesidad de inversión en infraestructura.

Mientras las autoridades buscan respuestas a la emergencia, expertos y gremios coinciden en que el evento expuso problemas estructurales que requieren soluciones en el corto plazo.

Ya que según dicen, el evento dejó en evidencia que el sistema eléctrico nacional es vulnerable y que la inversión en transmisión y resiliencia no ha ido al ritmo de las necesidades del país.

Primero, el ministro de el ministro de Energía, Diego Pardow, evitó adelantar juicios sobre las causas del apagón y llamó a centrarse en la reposición del suministro. "Respecto a la discusión sobre qué tan público o tan privado tiene que ser nuestro sistema eléctrico, así como la discusión electoral, son discusiones muy legítimas, pero no es el momento de tenerlas", afirmó.

El secretario de Estado agregó que "si permanentemente estamos cuestionando las reglas, si queremos cambiar las reglas sin ejercer la responsabilidad y sin ejercer las sanciones con el sistema de institucionalidad que hoy tenemos, entonces nunca va a haber la oportunidad de que se materialicen estas sanciones y seamos capaces de recomponer el vínculo de confianza con la ciudadanía que hoy día es lo que está en entredicho".

Al ser consultado si este megacorte significó que hay una fragilidad del sistema o es un caso puntual, Pardow consideró "esa es una pregunta que hay que responder con posterioridad. Quiero ser bien claro; nuestro sistema tiene protocolos de respuesta. Esos protocolos de respuesta, además, anualmente, las distintas empresas involucradas tienen que testear sus mecanismos de respuesta en situaciones de apagones totales".

Un sistema interconectado y vulnerable

Para el decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez y expresidente de Generadoras de Chile, Claudio Seebach, la falla se debe en gran parte a la estructura interconectada del sistema.

"La ventaja de tener un sistema interconectado como el que tenemos ahora desde 2017 que va desde Arica hasta Chiloé tiene enormes razones de ser (...), pero tiene un precio: el precio es que potenciales perturbaciones (...) se propagan a lo largo de todo el sistema", explicó a radio Infinita. Según Seebach, la solución pasa por fortalecer la resiliencia del sistema.

"Falló la línea troncal, lo más fundamental de la línea de transmisión. Tenemos que pensar en cómo los sistemas están avanzando hacia más resiliencia local", planteó. "Entonces yo creo que estamos en un momento como de transición energética, transitando de un sistema súper global y que va a seguir integrándose más globalmente, pero que todavía tenemos fallas en la residencia más local y lo vimos en el caso más extremo cuando fueron en el invierno (agosto 2024) donde se produjo tanto daño donde la resiliencia todavía es un gran tema del sistema eléctrico", añadió.

Con todo, sostuvo que "hoy día nos falta inversión en resiliencia de las redes eléctricas a nivel de distribución. Esto demuestra que también nos falta inversión en transmisión pero todo eso tiene un precio.

La pregunta es: ¿Cuál es el precio de calidad de suministro que estamos dispuestos a pagar?"."Entonces, la palabra clave del futuro es inversión, eso tiene cómo aceleramos algunas inversiones, almacenamiento, que responde, por ejemplo, a cómo podemos responder localmente a ciertas respuestas de demandas de consumos locales", finalizó.

En esa misma línea, el director del Diplomado en Gestión del Riesgo de Desastres de la Universidad Finis Terrae, Bernardo Castro, coincidió en que el problema radica en la falta de un sistema de respaldo.

"El problema se genera justamente por el efecto dominó en cadena (...). Se desestabiliza el sistema y no hubo ningún procedimiento, ningún protocolo que impidiera que esta cadena (...) evitara el impacto que generó", advirtió.

Un déficit de inversión

El director ejecutivo de la Asociación de Transmisoras de Chile, Javier Tapia, apuntó a la falta de infraestructura. "Estamos dependiendo de una gran carretera, estamos dependiendo de líneas que no dan el abasto para la cantidad de energía que tienen que transportar", aseguró en T13 Radio. Según su cálculo, "nosotros lo que sí estamos atrasados más o menos en unos US$2.000 millones en inversión".

Tapia también señaló que "necesitamos sobreinvertir un poquito más en esto y eso es algo que depende de lo que el Estado decida", pero que hay "temor" de que una gran inversión provoque un alza en las cuentas de los usuarios. El exministro de Energía, Rodrigo Álvarez, reforzó esta idea. "Hace más de diez años que la inversión tiene que ser mucho más grande de lo que se ha hecho y lamentablemente la autoridad no ha ayudado mucho", afirmó.

Además, criticó los dichos del presidente Gabriel Boric sobre la responsabilidad de los privados: "Lamento las declaraciones del presidente Boric (...) Hizo una crítica a la inversión y a la empresa privada, cuando sabemos que tenemos que hacer una inmensa inversión en transmisión eléctrica y que el Estado no tiene capacidad de hacerlo, por lo que necesitamos a los privados".

Desde el sector empresarial, la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) manifestó que "hoy existen múltiples actores y se requiere de la colaboración y coordinación de todos para superar oportunamente estas emergencias". "Sin duda, el sistema se ha vuelto más complejo y necesita contar con mecanismos de corrección, para que no vuelvan a ocurrir crisis de esta envergadura", indicó la entidad a través de un comunicado.

Estas fallas -añadió- "siempre pueden ocurrir y será rol de las instituciones competentes investigar los hechos ocurridos en el transcurso del apagón, para evitar nuevos episodios en el futuro. Lo que está claro es que un colapso de esta magnitud no tiene una causa única".