A casi 1000 días de la implementación del estado de excepción en diversas regiones del sur de Chile, bajo la administración del Presidente Gabriel Boric, los habitantes de estas zonas continúan enfrentando una situación de inseguridad palpable que ha marcado sus vidas cotidianas. A pesar de que algunos informes oficiales aseguran que los hechos de violencia han disminuido, la sensación de temor persiste en la población, que no observa cambios significativos en su entorno.

Si bien es cierto que las estadísticas podrían mostrar una disminución en los episodios violentos, lo cierto es que la violencia sigue presente, y los atentados, como el ocurrido en Los Álamos el pasado mes de enero, son solo un recordatorio de que el peligro sigue acechando.

Es urgente que el gobierno escuche a los vecinos, quienes expresan su frustración y temor por la prolongación de un estado de excepción que, en lugar de brindar soluciones definitivas, parece haber profundizado una sensación de vulnerabilidad. Los habitantes de estas regiones no solo se enfrentan al miedo generado por la violencia, sino también a la falta de una estrategia integral que contemple la reconstrucción de una política pública y acciones que prioricen la restitución de la paz y seguridad que todos merecen.

El Gobierno del Presidente Boric, lamentablemente, no ha priorizado este problema como un tema de Estado. La Provincia de Arauco merece que las autoridades se preocupen por ella, y mi compromiso es seguir trabajando para que los dolores de los habitantes de la provincia de Arauco sean escuchados y atendidos con la seriedad y urgencia que requieren.

Hoy, a 1000 días de este estado de excepción, hago un llamado al Gobierno del Presidente Boric para que reevalúe esta estrategia y busque soluciones más efectivas que verdaderamente resguarden la seguridad y tranquilidad de quienes viven en estas zonas. Los ciudadanos merecen algo más que una sensación de temor constante; necesitan un compromiso real por parte del Estado para erradicar la violencia y devolverles la paz que se les ha arrebatado.