Crisis habitacional: el 99,3% de los campamentos del Biobío es calificado bajo eventual riesgo de desastre

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13/12/2024


La actual crisis habitacional, según los expertos, a consecuencia de la pandemia derivada el Covid-19, tiene como efecto la dificultad en el acceso a la vivienda y el aumento exponencial de los campamentos.

De este modo se refiere la fundación TECHO-Chile al aumento del número de ‘tomas’, donde la construcción improvisada -a menudo con materiales precarios- sumado a la falta de servicios básicos y la nula organización de las edificaciones, se convierte en la forma de vida de los más vulnerables.

La misma fundación, recientemente, realizó un nuevo estudio que arrojó que en el país el 84,6% de estos campamentos están expuestos a amenazas socio naturales, desde tsunamis, inundaciones, remociones de masa e incendios forestales.

Brecha informática

Concretamente, el informe emitido por TECHO señala que el 22% de los campamentos a nivel nacional (hogar de cerca de 10 mil familias), está expuesto a alguna amenaza de alto riesgo.

También precisa que el Biobío es la segunda región con la mayor cantidad de este tipo de comunidades bajo amenaza: un 34,8% de un total de 198.

En primer lugar, está la Región de Coquimbo con un 47,5%. Esto en base a lo pesquisado por Techo a través de los Planes Reguladores Comunales (PRC) vigentes.

Sin embargo, este porcentaje crece, notoriamente, al considerar la información encontrada por el estudio, en base a las instituciones pertinentes en materia de desastres y emergencia, como el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA), Servicio Nacional de Prevención y Respuesta Ante Desastres (Senapred) y la Corporación Nacional Forestal (Conaf). Acá el total de campamentos en riesgo en el Biobío sube a un 99,3%; vale decir: 197 de estos espacios.

Detalle de los riesgos

En el detalle, se explica que entre los informes de los servicios de emergencia y los PRC existe una gran diferencia en cuanto a las cifras que estos manejan. Por ejemplo, mientras la normativa territorial regional indica que un 6,1% de los campamentos están bajo amenaza de sufrir un tsunami, el SHOA aumenta este porcentaje a un 15,6%.

Casos similares ocurren en el estudio de impacto de otros riesgos, como la remoción de masas (23,2% de los PLR contra el 43,2% de Senapred) e inundaciones o anegamientos (8,6% contra el 12,6%).

La diferencia porcentual más grande se da con respecto a los incendios forestales, donde los instrumentos de planificación estiman un 0,5% de riesgo de los campamentos, versus la información que maneja Conaf en la materia, indicando que el 98,5% de las tomas se encuentran bajo una alta o muy alta exposición.

“Esto es preocupante, porque limita la planificación de obras de mitigación, principalmente en campamentos, pero también en otros espacios vulnerables de nuestras ciudades, afectando tanto a las familias que viven en estos asentamientos como a las comunas completas“, dijo Javiera Moncada, directora del Centro de Estudios de Techo-Chile.

Del mismo modo, concluyó que “hemos visto las consecuencias en distintas ocasiones, como el temporal de grandes escalas que sufrimos este año, que afectó en parte a familias en campamento, destruyendo sus proyectos de vida”.

Riesgo, Vulnerabilidad y Antigüedad

Los factores de riesgo de estos campamentos son apenas una añadidura a lo que es por sí misma una situación de precariedad en la que se encuentran las familias más pobres, sometida no solo a eventos de la naturaleza, sino que además a situaciones humanas como instalaciones eléctricas mal hechas o construcciones deficientes, casos que podrían eventualmente generar un desastre.

Las estrategias que se levantaron por parte de la cartera de Vivienda y Urbanismo consisten en la identificación e intervención de zonas de alto riesgo, propiciando la ayuda a estas familias en una escala de tres parámetros: Riesgo, Vulnerabilidad y Antigüedad.

La directora del servicio de Vivienda y Urbanismo, María Luz Gajardo, explica estos lineamientos como una forma de establecer prioridades para actuar en un campamento u otro. “Las dos estrategias de intervención que se han diseñado en el programa es, por un lado, construir ahí mismo un barrio; y otra es la salida de las familias de ese lugar hacia sus casas definitivas en otro lado”.

“Hay que tener claro que en la totalidad de los espacios en que las familias viven, está implícito la noción de que se encuentran sujetas a determinados riesgos, y de alguna manera están mucho más vulnerables a los mismos”, sostiene la directora.

Con respecto a la estrategia de radicación, es decir, de la construcción de viviendas en las zonas ocupadas por los campamentos para evitar el traslado de las familias que lo habitan, Gajardo señala que “lo primero es ver las posibilidades de uso de suelo y las posibilidades reales de construir viviendas ahí, y también entregar condiciones mínimas de habitabilidad del terreno”.



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