“Bolones” y obstáculos urbanos: expertos analizan la medida contra el comercio ambulante en la zona

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02/12/2024


La instalación de una serie de “bolones” y maceteros en medio de los pasos peatonales de las inmediaciones del Mall Costanera Center, en Providencia, sigue generando reacciones, incluso, en el ámbito local.

Es que el principal objetivo de esta intervención urbanística es la de limitar o imposibilitar la instalación de comercio ambulante en dichos sitios, colocando obstáculos o elementos como maceteros, asientos u otros para desincentivar la colocación de los vendedores no regulares.
La medida, tomada por la Municipalidad de Providencia con este fin, generó opiniones cruzadas para los vecinos y abrió un tema de discusión a nivel nacional sobre el uso que se le da a este tipo de intervenciones urbanas para desincentivar las ventas callejeras.

Algunos de los argumentos contra esta intervención son la limitación de la movilidad sobre todo para personas con limitaciones motrices. Otra arista de las críticas recayeron en su poco atractivo y el factor discriminatorio al apuntar, precisamente, a gente de escasos recursos que tienen al comercio ambulante como fuente de ingresos.

En el caso de Concepción, los negocios callejeros se han instalado en zonas como el paseo de Barros Arana, la diagonal Pedro Aguirre Cerda, Parque Ecuador o las inmediaciones del Mall del Centro. Se han implementado varias medidas, desde el copamiento policial al aumento de fiscalizaciones al comercio ambulante, pero pese a ello, los resultados han sido poco favorables.

Arquitectura hostil

El antecedente de Providencia corresponde a un tipo de diseño urbano sindicado como “Arquitectura Hostil”, que es una forma de desalentar el uso de espacios públicos con la instalación de obstáculos, como los bolones vistos en el Costanera Center.

Así lo define Orleans Romero, presidente del Colegio de Arquitectos de Concepción, y apunta a que este tipo de diseño no es una solución, sino que afirmó que “es muy ineficiente tratar de corregir con arquitectura problemas sociales de fondo”.

“El comercio ambulante no se va a acabar porque estén estos elementos. Lo único que van a hacer es que van a buscar otros lugares o acomodar esos mismos de alguna forma creativa. Básicamente se está moviendo el problema a otro lugar”, sostiene Orleans.

Otro argumento cae desde el punto de vista del poco atractivo que genera este tipo de instalaciones. “Es como si estuviera hecha para producir un efecto negativo en las personas. Esto afecta al conjunto de la gente que se mueve por ahí, que en discontinuación son miles de personas al día o millones al año”, sostiene el presidente del Colegio de Arquitectos.

Romero además afirma que elementos como personas en situación de calle, comercio ambulante y deterioro de espacios públicos no tienen solución por medio de métodos urbanísticos, y dichos casos son manifestaciones propias de los problemas de los ciudadanos.

“La ciudad es el reflejo de las relaciones sociales entre las personas y su entorno”, afirma, explicando además que “existen problemas sociales como la baja de empleos, los bajos salarios, y las desigualdades urbanas, porque por algo se colocan (los bolones) afuera del Costanera Center y no en otros lados. Todo esto se intenta resolver con una solución parche, y es hacer que en ciertos lugares de uso intensivo, los comerciantes ambulantes tengan prohibido estar allí”.

Mejores alternativas

Por su parte, Sergio Baeriswyl, Premio Nacional de Urbanismo 2014 y académico de la Universidad del Bío-Bío (UBB), sostiene que existen mejores formas de manejar el comercio ambulante.

“Es mucho más complejo ya que éste no desaparecerá por aplicar medidas correctivas de diseño y es muy posible que éstas, como el caso de las “esferas” de providencia, representen más problemas para los peatones, que soluciones para evitar el comercio ambulante.

El arquitecto, por otro lado, aboga por soluciones más integrales y que no atenten contra la vialidad peatonal en los centros comerciales. “Ocupando las veredas con actividades proyectadas desde los espacios comerciales, como las mesas de cafés y restaurantes, o bien, implementar soluciones verdes, con paisajismo, arbolado o jardineras que no sean un obstáculo sino una oportunidad para embellecer el espacio público y crear lugares atractivos”, sostiene.

“Todas estas medidas de diseño deben ir siempre acompañadas de un mayor control en el espacio público, de lo contrario su efectividad se verá limitada”, enfatiza Baeriswyl.



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