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Crónica
Educación
16/09/2024
Por Valeria Toledo Muñoz
La ley establece que la educación debe ser equitativa, diversa, integrada e intercultural. Estos son principios fundamentales para una enseñanza inclusiva y adecuada para cada estudiante, sin importar sus condiciones.
En el caso de los alumnos con discapacidad auditiva, en cualquiera de sus grados, se añade un enfoque bilingüe, donde el primer idioma es la Lengua de Señas Chilena (LSCh) y el segundo el español. Las clases con explicaciones visuales; adaptación curricular; y fomento de relación con otras personas con la misma discapacidad para desarrollar su lengua, cultura e identidad. Esto de acuerdo a “Orientaciones técnicas para establecimientos educacionales con estudiantes sordos”, documento emitido por el Ministerio de Educación (Mineduc).
Además, se expresa que los establecimientos deben contar con educadores sordos, intérpretes de Lengua de Señas Chilena, profesores de Educación Diferencial o docente competente en la LSCh, fonoaudiólogos y psicólogos.
Según datos de Operaciones PIE 2023, a nivel nacional hay 2.316 estudiantes sordos, con diferentes grados de discapacidad auditiva, inscritos en colegios o liceos pertenecientes a la Educación Pública. Estas instituciones incluyen escuelas especiales para dicha población y establecimientos con el Programa de Integración Escolar(PIE). La Región del Biobío tiene 233 alumnos con esta condición.
El Servicio Local de Educación Pública Andalién Sur, a cargo de los recintos educacionales de Concepción, Chiguayante, Florida y Hualqui, cuenta con alrededor de 47 estudiantes con discapacidad auditiva inscritos en los establecimientos. Para otorgarles apoyo presentan educadores sordos, intérpretes de señas, profesoras diferenciales que manejan la lengua de señas y asistentes de la educación.
Las adecuaciones curriculares que realizan dependen de las necesidades de cada estudiante. Para el acceso a la educación se utilizan sistemas de comunicación alternativos como tablet, tablero de comunicación y organización del tiempo y espacio. Enfocados en las adaptaciones de los objetivos de aprendizaje realizan una graduación y priorización del nivel de complejidad de los contenidos.
Por otro lado, a pesar de que con el tiempo han aumentado los mecanismos de inclusión para los estudiantes sordos aún faltan formas para realizarlo, debido a que no todos los establecimientos cuenten con las mismas capacidades para acompañar a los estudiantes ni con todos los profesionales que se recomiendan desde el Mineduc.
El Estado reconoció la lengua de señas y la necesaria presencia de educadores sordos en la educación de estos estudiantes. Además, han creado medidas, como el documento mencionado anteriormente, que obliga a pensar “¿cómo vamos a llevar a cabo estos procesos de inclusión? Desde las políticas públicas hasta lo que ocurre al interior de las salas de clases”, expresó Jimena Escalona Ruiz, jefa técnica del Colegio Biobío, antigua institución dedicada a alumnos con discapacidad auditiva, y que en la actualidad cuenta con 17 de ellos.
En ese sentido Paulina Osorio Flores, educadora diferencial del mismo recinto, añade que aún falta demasiado para lograr la integración de los estudiantes sordos en su entorno, “la inclusión social en general es un proceso lento, no son procesos de cambio muy muy rápido en corto tiempo (…) Han sido cambios sociales lentos, pocos, pero ante la nada, poco, es mucho”.
Sully Esparza, parte de la Corporación Nacer al Sonido y madre de una adolecente sorda, declaró respecto a la situación que “los equipos se han estado armando de mejor forma y hay mayor información, más capacitación, pero aún así la brecha aún existe”.
También añade que “muchas veces se arman los equipos o se capacitan cuando ya ese niño o niña llegó (…) Se pierde tiempo, se pierde mucho tiempo y muchas veces igual entre que busquen a los profesionales que tengan algún tipo de especialización, cuesta porque a veces hay poquitos”.
La hija de Esparza estudia en el colegio Hipólito Salas de Chiguayante. Allí no cuenta con educadores sordos ni intérprete de señas, sólo con educadora diferencial, según aseguró Sully. “Generalmente, es el profesor en el aula del equipo pie, quienes están ahí siempre”, expresó la madre.
La presencia de coeducadores es importante para transmitir su cultura e identidad a los alumnos con discapacidad auditiva. Además, de tener un referente a seguir. Respecto a ello, Lorenzo Flores, educador sordo del Colegio Biobío, afirmó: “Las personas sordas están insertas en una mayoría.Somos una minoría, necesitamos agruparnos, necesitamos juntarnos y reunirnos para que ellos generen un proceso. No solo emocional, sino que de desarrollo integral con todos”.
El proceso para conseguir intérprete de señas es complicado, pues ellos son pocos en el Gran Concepción y suelen estar ocupados. Las familias tienen que buscar y consultar desde el año anterior al inicio del periodo escolar de los estudiantes y asegurarse de su llegada y disponibilidad. Además, trabajan con el equipo PIE. Senadi se encarga de entregarles información sobre ellos.
El Colegio Biobío, que presenta más de diez estudiantes sordos, tiene un sello y enfoque bilingüe. Esto debido a que fomentan el aprendizaje de lengua de señas y el español en todo el establecimiento. Por ello, tanto los alumnos con discapacidad auditiva u oyentes reciben talleres de LSCh desde prekinder a octavo básico. Con ello todos pueden comunicarse libremente sin ningún problema.
Por otro lado, Sully Esparza, considera que la principal manera para incluir a los estudiantes con sus compañeros es hacerlos participar en las distintas actividades que ofrecen los recintos educacionales. Su hija participa juega Ping Pong y su profesor la invita a participar aunque quizás no sea la mejor, comentó la madre.
“Actualmente el equipo de Programa de Integración Escolar del Servicio Local se encuentra organizando jornadas de trabajo con profesionales sordos del territorio con el objetivo de potenciar la inclusión mediante la ejecución de acciones que promuevan la visibilización, el desarrollo de competencia entre profesionales y el trabajo colaborativo entre las comunidades educativas del territorio”, declaró la Coordinadora de PIE, Roxana Quiduleo Fuentealba.