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27/09/2024
Más que una frase, es una postura en la vida que puede marcar la diferencia entre quienes sueñan y quienes logran sus objetivos. Creerse el cuento es una convicción interna de que somos capaces de alcanzar aquello que deseamos, a pesar de los obstáculos, las dudas y las adversidades. Es esa fuerza que nos impulsa a actuar con determinación y seguridad.
Muchos ven en esta expresión exceso de confianza, pero quienes se creen el cuento saben que no es una cuestión de ego, sino que de autoconfianza. Es saber que aunque no se tenga todo resuelto, uno puede construir su futuro con trabajo, perseverancia y sobre todo, con la certeza de que el esfuerzo rendirá sus frutos.
En un mundo lleno de inseguridades, desconfianza, etiquetas y exceso de juicios, creerse el cuento es necesario para salir adelante y diferenciarse de los demás, y más aún de quienes nos dicen quiénes somos, qué podemos lograr y hasta dónde podemos llegar, por nuestro origen, nuestro apellido, nuestro colegio, nuestra apariencia. Por eso, creerse el cuento es liberarse de etiquetas, es un acto revolucionario, que implica desafiar los límites que nos ponemos o que otros nos imponen.
Las grandes figuras admiradas mundialmente, se creyeron el cuento, y sin duda todos enfrentaron desafíos y problemas, sin embargo, creyeron en su capacidad para transformar sus vidas y de la historia de la humanidad, no con una fe ciega ni irracional, con la creencia sólida de que su esfuerzo y su visión los llevarían a lugares insospechados.
Creerse el cuento no garantiza el éxito inmediato, pero sí es el primer paso imprescindible para alcanzarlo en base a la perseverancia. Creo firmemente que nuestras acciones siempre serán el reflejo de nuestras creencias, por lo tanto, si creemos que podemos, actuaremos con confianza en nuestras propias capacidades, como el motor que impulsará nuestros logros.
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Autor: Máximo Martínez Campos