Los socios de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) y la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga), que en conjunto representan a más de 800 establecimientos, expresaron su inquietud por la inminente implementación de dos nuevos artículos de la Ley de Plásticos de un Solo Uso.

Según esta legislación -que entró en vigencia en 2022-, desde el 13 de agosto los restoranes y locales de comida estarán sujetos a la prohibición de entregar productos de un solo uso cuando se trate de consumo dentro del establecimiento, incluso más allá del plástico, así como a la obligación de informar a los consumidores sobre el tratamiento de los productos de un solo uso cuando el consumo sea fuera del local, es decir, cómo se pueden reciclar y reutilizar.

De acuerdo a una encuesta realizada por ambos gremios, "se mantiene una alta incertidumbre entre las empresas afectadas por la nueva normativa, mientras se resuelve en el Congreso una iniciativa para postergar los plazos de entrada en vigencia", comentó la presidenta de la CCS, María Teresa Vial.

La líder del comercio en la capital precisó que "casi la mitad de las empresas -esto es como un 47%- no tiene la posibilidad de llegar a la fecha establecida originalmente por la ley, y a un 15% le resulta imposible implementar los cambios exigidos, por lo que evalúan la sobrevivencia de sus negocios".

A su vez, el presidente de Achiga, Máximo Picallo, hizo ver que el reglamento de la ley, comprometido para febrero de 2023, todavía no se publica, y en el escenario más optimista ello ocurriría en febrero próximo, quedando pendiente definir, por ejemplo, qué es un plástico de un solo uso, lo que -a su juicio- genera una "incerteza jurídica demasiado importante" como para aplicar la nueva etapa de la ley.

DIPUTADO ACUSA "EXTORSIÓN" PARA PRORROGAR SU VIGENCIA

Desde la llamada bancada "Basura Cero" de la Cámara de Diputados, el independiente Hernán Palma consideró "inadmisible que la industria del plástico utilice a la Cámara de Comercio para extorsionarnos, en el sentido de que la clase trabajadora se vería afectada por la Ley de Plásticos de un Solo Uso".

El parlamentario reclamó que "el comercio funcionaba de lo más bien -sobre todo los grandes empresarios- sin el plástico y el material de desecho que hoy tiene contaminado a todo el planeta: el suelo, el aire y el agua".

"Sabemos que los microplásticos pueden alcanzar tamaños increíbles, (incluso) de un glóbulo rojo, y atravesar la barrera que separa a la madre del niño, y llegar a un feto afectando su desarrollo, así que se acabó el plazo: la humanidad no puede seguir esperando, la crisis del plástico es global, y nuestro país tiene que ser responsable, porque ha firmado tratados internacionales", zanjó Palma.

En la sociedad civil, la activista medioambiental Alejandra Parra, integrante de la Alianza Basura Cero, recalcó que la ley madre entró en vigencia hace más de dos años, y las empresas estaban al tanto de los cambios que se avecinaban, por lo tanto, afirma que no hay excusas para no implementar estas modificaciones.