Regional
Crónica
Social
19/07/2024
En términos simples el ego es la percepción que cada uno tiene de sí mismo, donde se busca equilibrar las demandas de los instintos más básicos y el superyó, siendo el mediador entre los impulsos y la realidad para gestionar la toma de decisiones.
Las personas con un ego equilibrado se ven más seguras, capaces de enfrentar desafíos y establecer relaciones satisfactorias. En cambio, si el ego no está en equilibrio y es muy fuerte, puede manifestar comportamientos egocéntricos y narcisistas, dificultando la empatía y la creación de lazos. Por otro lado, si es muy débil puede manifestar una dependencia excesiva y dificultad para establecer límites. Por eso el manejo saludable y consciente del ego es clave para el bienestar psicológico, mantener buenas relaciones y el crecimiento personal.
Sabemos que el ego no es realmente nuestra esencia, sino una máscara social que usamos para conseguir reconocimiento y aprobación, sin embargo, es esencial para el crecimiento personal y autorrealización. Un ego bien desarrollado permite a las personas perseguir sus metas y aspiraciones de manera efectiva, adaptarse a los cambios y enfrentar desafíos en su vida.
Debemos ser conscientes de lo que nos dicta nuestro ego y discernir, en lugar de vivir como víctimas de las circunstancias, deberíamos ser los creadores de nuestra propia realidad, en lugar de competir por ser mejor que los demás, deberíamos trabajar para ser mejor persona, o en lugar de pensar que nuestros proyectos van a ser copiados, deberíamos buscar la forma de inspirar a otros.
Finalmente es bueno que podamos reflexionar sobre nuestro ego y trabajar en su equilibrio, para transformar nuestra vida y nuestra interacción con la sociedad.
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Autor: Máximo Martínez Campos