Lo anterior,  se debe a la violencia persistente, a pesar del estado de excepción que rige hace más de 25 meses en cuatro provincias del sur, junto a la falta de claridad en la información sobre el desarrollo de proyectos, y el exceso de burocracia para obtener permisos, frenan la inversión privada en sectores con rezago.

Estas zonas mantienen altos índices de pobreza, aunque por años se condicionó la inyección de recursos a la disminución de los atentados.

Al respecto, el diputado Stephan Schubert comentó que “hemos advertido hace tiempo que la violencia es un impedimento para el desarrollo regional. Mientras no se erradique de raíz esta problemática, La Araucanía seguirá estancada”.

A lo que planteó que “esto debe complementarse con una alta inversión estatal y otras medidas, como beneficios tributarios y mayor información para los inversionistas por parte del Estado. La ministra del Interior ya dio a conocer algunas medidas de inversión, pero no son suficientes para la situación crítica que vivimos en la novena región”.

Por su parte, la diputada Karen Medina agregó que “lamentablemente, la violencia y el terrorismo no han permitido el desarrollo de zonas donde el aumento del desempleo y la falta de oportunidades de emprendimiento complican a los habitantes”.

Por eso hacemos un llamado al Gobierno, tanto al Ministerio del Interior como al de Economía, para que generen un plan conjunto entre empresas privadas, públicas y vecinos, para salir de esta crisis que se sostiene en el tiempo en diversas comunas de la Región del Biobío”, complementó.

Los parlamentarios de la macrozona sur exigen respuestas concretas y rápidas del Ejecutivo, para abordar la falta de inversión privada en estas regiones afectadas por la violencia y la burocracia.