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21/06/2024
El valor como persona es subjetivo y depende de cómo el entorno quiera evaluarnos, por nuestros éxitos, nuestros recursos, nuestra red de contactos, nuestro legado, etc, sin embargo, lo que más importa es cómo nos valoramos nosotros mismos.
Hace un tiempo atrás leí una interpretación del valor a través de una sencilla fórmula, V = (C + H) * A, donde el valor es la suma de los conocimientos más las habilidades, multiplicado por la actitud.
El conocimiento es todo lo que adquirimos para poder realizar algo que necesitemos y nos desafíe, sin tenerlo sería complejo ejercer bien una profesión u oficio, por otro lado están las habilidades que se cultivan durante la vida, donde vamos descubriendo que somos buenos para algo sin necesidad de haber tomar conciencia, por lo tanto la suma de conocimiento y habilidades son claves para ser una persona que sea aporte al entorno y a veces incluso exitosa, pero lamentablemente estas variables solo suman a nuestro valor como personas, donde la ACTITUD es la que multiplica nuestro valor, es como no enfrentamos a la vida, cómo nos paramos frente a la adversidad, frente a nuevos proyectos, frente a la pérdida de un ser querido, frente a la pérdida de un trabajo, frente a la impotencia, la rabia, al desafiante y competitivo entorno, y a las complicaciones propias de ir teniendo más responsabilidades al ir creciendo.
Por lo tanto, si la actitud es multiplicadora, hay que tomar conciencia y hacerse cargo de nuestra actitud, donde vale preguntarse ¿es mejor tener una actitud positiva?, y puede que digas que sí, y con ello empezar a mirar los “problemas” de otra manera y a ver qué es realmente importante en tu vida, dejando de lado lo trivial y menos importante.
La anterior opinión es personal, si crees que vale la pena compartirla, agradecería lo hicieras y pudieras darle like. Dedicado a los amigos de pueblos originarios que celebran su Wetripantu. Máximo Martínez Campos