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28/02/2024
Para muchos, la actuación de Andrea Bocelli, la noche del lunes en la segunda jornada del Festival Internacional de Viña del Mar 2024, está entre las mejores de la historia del certamen. De hecho, tras su partida la gran mayoría del público seguía pidiéndolo, y sobre todo que se le entregara un premio que no estaba a disposición: la Gaviota de Platino. Más allá de eso, lo cierto es que el tenor italiano regaló un show inolvidable, y en la ocasión pudo compartir con artistas locales sobre y fuera del escenario.
En la misma Quinta Vergara, Bocelli fue acompañado por la Orquesta Sinfónica Metropolitana. Como parte de esa agrupación estuvo el guitarrista Fernando Raín, músico oriundo de Coronel. A lo largo del espectáculo fue enfocado en varias ocasiones, y era fácil distinguirlo por su particular cabellera. Ex alumno del Liceo de Coronel, estudió en la Escuela Moderna de Música y ha desarrollado una destacada carrera, principalmente ligada al mundo del jazz y los ritmos latinoamericanos, estilos que ha fusionado creando una propuesta con sello propio.
Ya fuera del escenario, quien compartió, y directamente con Bocelli, fue Miguel Ángel Pellao, más conocido como el “tenor pehuenche”, quien conversó con el cantante tras su actuación y le dio un regalo.
Para llegar a ese momento fue muy importante Tomás Fajardo, productor general de la Orquesta Sinfónica Metropolitana que acompañó a Bocelli y que es el representante de Pellao.
“En los días de ensayo, fui el asistente vocal, canté las cosas que él interpretó sobre la Quinta Vergara. Ayer (lunes) en el ensayo general en la Quinta, como viví en Italia muchos años, vi que andaba Matteo, el hijo de Andrea, y a lo ‘vivaldi’ como se dice en buen chileno le conversé a Matteo quién era, qué hacía, de mi participación en los ensayos y de mi origen mapuche, pehuenche. Él mismo se alegró y me dijo que su papá estaría contento de conocerme”, dijo Pellao, oriundo de Santa Bárbara.
Al respecto, agregó que “Matteo hizo el vínculo con Andrea, y me llamó para que fuera al camarín. Estuvimos cinco minutos, hablamos de música, de mi estadía en Italia, donde estuve 10 años en Pescara, y me dijo que hablaba muy bien italiano. Luego le hice un regalo, un trarilonco mapuche, le conté que pertenecía a la comunidad indígena del Alto Biobío, y le llamó mucho la atención. Me tocó el pelo y le dije que la fuerza, el newen, estaba ahí (ríe)…Llegar a estar, a saludar a Andrea es muy difícil. Tiene un staff de 60 personas, es una mega estrella, y su manager me decía que todo el mundo le pide fotos, recuerdos. Creo que mi historia del tenor pehuenche, de pertenecer a una etnia indígena, le llamó la atención”.
Del encuentro con Bocelli, destacó que “en buen chileno, no sabía que cresta decirle. Tenía algo más o menos pensado, pero ahí, en el momento, se generó un cuento mágico. Él es un referente mundial de la música clásica, de la música pop-lírica. Le dije que había escuchado sus discos y que incluía canciones suyas en mi repertorio. Fue muy emotivo. Y cuando me iba a ir, le dije que ese trarilonco tenía mucho newen y que había sido construido por unas manos mapuches, por una hermana en el sur y que era para él. Le comenté que siempre lo llevara, porque tiene mucha fuerza y me dijo que lo llevaría a sus conciertos para tener newen”.