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Crónica
29/04/2024
En un reciente informe de Aqueduct Water Risk Atlas, se ha situado a Chile en el puesto 16 a nivel mundial con mayor estrés hídrico, lo que evidentemente amerita una urgente necesidad de abordar esta problemática de manera integral y urgente.
Es muy importante reconocer el valor del agua y aprender de ella, que todos y todas sepamos cómo nuestro país está siendo tan presionado por el cambio climático. Quienes tenemos en las manos revertir la situación y adaptarnos somos todas las personas que vivimos en el territorio que se ha denominado como crítico, es decir, entre Coquimbo y Biobío, zonas apuntadas por el World Resources Institute.
“Coquimbo está en una situación muy crítica, porque básicamente bajaron mucho las napas freáticas y evidentemente los embalses. Debiéramos considerar cómo el ciclo del agua cambió en esta parte del territorio, desde Coquimbo hasta Concepción.
En vez de gestionar la oferta del agua, porque oferta tenemos mucha menos, lo que tenemos que gestionar es la demanda”, explicó la directora del Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y la Minería, Crhiam, Dra. Gladys Vidal Sáez.
La profesional apuntó a un cambio de paradigma, porque no es posible seguir con el mismo uso de agua en la minería, agricultura, en las casas, etc. Hay múltiples formas de poder valorizar el agua. Un paso más allá de gestionar la demanda implica hacer cambios tecnológicos.
“Eso significa que debiéramos proyectar a un alto nivel el uso de agua desalinizada, que dicha agua entre al ciclo del agua dulce, pero no solo para la industria, sino también para la ciudad. Esto se denomina desalinización multipropósito.
Una vez que sale de nuestras casas, esa agua no puede ser descargada a ríos, sino que tiene que implementarse tecnología de tratamiento, de tal manera que la reusemos”, dijo la académica de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción.
Ejemplos a seguir
La directora del Crhiam afirmó que ha seguido muy de cerca el tema de Barcelona, ciudad de clima mediterráneo al igual que Concepción, que tienen el tema de la desalinización mucho más adelantada, al igual que el reuso de aguas.
“Tienen incorporados dos tipos de agua para poder regar todas las zonas que son verdes. Su economía se basa fundamentalmente en el turismo, pero también tienen mucha presión por el cambio climático y en estos momentos tienen bastantes ciudades a lo largo de la Costa Brava con la presión de no tener agua, por ello buscaron rápidamente alternativas”, aseguró la directora.
Ahora bien, para tomar las medidas pertinentes se necesita de una institucionalidad fuerte y definida. Y en eso la académica UdeC rescató a Israel. “Uno puede entregar la evidencia científica, pero está en manos de las autoridades políticas cómo tienen que perfilar la institucionalidad. Pero es claro que tiene que haber un ente coordinador fuerte, como es lo que sucede con el manejo de agua en Israel.
En Chile tenemos más de 40 instancias institucionales que tienen que ver con el agua y eso es demasiado”, dijo.