La Cámara de Diputados realizó el homenaje al ex Presidente Salvador Allende en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado.

Una vez que se dio inicio al acto, los parlamentarios de Renovación Nacional se levantaron de sus asientos y salieron de la Sala. Al mismo tiempo, parte de la UDI ingresó a la Sala y se dispuso a participar de la sesión, incluso haciendo uso de la palabra

Por su parte, toda la bancada del Partido Republicano se restó del acto, mientras que los dos diputados Evópoli -Jorge Guzmán y Francisco Undurraga- más el independiente Hotuiti Teao, participaron en silencio.

A ellos se sumó: Álvaro Carter (UDI), Joaquín Lavín (UDI), Diego Schalper (RN), Gastón Von Mühlenbrock (UDI), Guillermo Ramírez (UDI), Jorge Alessandri (UDI), Renzo Trissotti (UDI), Henry Leal (UDI), Felipe Donoso (UDI), Fernando Bórquez (UDI), Eduardo Durán (RN), Natalia Romero (IND-UDI), Flor Weisse (UDI), Marlenne Durán (IND-UDI), Juan Antonio Coloma (UDI), Gustavo Benavanete (UDI).

Asimismo, además de las bancadas oficialistas, participaron parlamentarios de fuerzas políticas no alineadas, como la Democracia Cristiana, la diputada Erika Olivera (Demócratas) y el diputado Roberto Arroyo, miembro de la bancada Social Cristiana.

A cada bancada se le otorgaron cinco minutos para honrar al ex Mandatario. Mientras los representes de cada comité hablaban desde el podio, las pantallas gigantes del hemiciclo pasaban fotografías de Salvador Allende. El jefe de bancada del Partido Socialista, Daniel Manouchehri, abrió las palabras.

"El sacrificio de Allende no fue en vano. Hoy es un potente mensaje moral para las nuevas generaciones. Es como si Allende hubiera podido prever cinco décadas después el desprestigio de la clase política y la necesidad de tener figuras que nos demostraran que sí se puede actuar a esa altura.

Allende sabía que otros hombres deberían superar ese momento gris y amargo", dijo el legislador. "¡Compañero Salvador Allende, presente ahora y siempre!", finalizó Manoucheri aclamado por sus pares oficialistas.

Asimismo, hizo uso de la palabra el jefe de la bancada del PPD, Cristián Tapia; la diputada Claudia Mix (Comunes) por la bancada del Frente Amplio y el presidente de la Democracia Cristiana, Alberto Undurraga.

Enfrentamiento entre la UDI y oficialismo

El discurso del diputado Gustavo Benavente (UDI) quebró la calma al interior del hemiciclo. Su alocución fue interrumpida por los diputados oficialistas, quienes pidieron que se retirara ya que no estaba realizando una declaración positiva, como lo establece el reglamento.

La tensión en la Sala comenzó subir de nivel. En ese contexto, el diputado del Partido de la Gente, Gaspar Rivas, se paró al medio de la Sala con un cartel que tenía una foto de Augusto Pinochet y el ex Presidente Salvador Allende. "Ni Allende ni Pinochet (…) déjense de pelear", dijo Rivas además de varios insultos contra sus colegas.

¿Qué dijo Benavente en el discurso?

"Hoy nos convoca el homenaje a Salvador Allende Gossens, quien fuera senador y cuatro veces candidato a la presidencia de la República, y también integró nuestra Cámara de Diputados tras ser elegido en los comicios de 1937. En su cuarta candidatura presidencial, el 4 de septiembre de 1970, obtuvo la primera mayoría relativa, con un 36,2%.

Posteriormente, fue proclamado Presidente de la República por el Congreso Pleno”, comenzó su discurso el diputado Gustavo Benavente "Para ello, Allende se comprometió a respetar siete garantías constitucionales, aprobadas por el Congreso en lo que se llamó el Estatuto de Garantías Democráticas, que tenían como objetivo, según las palabras del senador Aylwin, en la discusión de la Reforma Constitucional, evitar la violación a las normas democráticas en que incurrían los regímenes marxistas.

A poco de asumir, Allende diría en una entrevista con el francés Régis Debray que lo firmó solo por una razón táctica, ya que lo importante era alcanzar el poder para su objetivo", continuó.

"Al comienzo de su Gobierno, se notó la tolerancia de la Unidad Popular respecto al actuar impune frente a los grupos armados, cuyas actuaciones eran incentivadas por el propio Gobierno, lo que fue aumentando cada vez más.

En julio de 1973, la grave situación nacional llevó a los obispos a promover una carta pastoral que llamaba a evitar una lucha armada entre los chilenos", continuó el diputado y posteriormente fue interrumpido por parlamentarios de oficialismo y el propio presidente de la Cámara.