Tras renunciar a su puesto como embajadora de Chile en el Reino Unido, la cuestionada Susana Herrera presentó sus descargos este martes, afirmando que no fue la gestora del bullado proyecto Living Lab Biobío y que su labor fue "acercar instituciones".

Asimismo, señaló que sus gestiones fueron informadas a la Cancillería. La ex diplomática asegura que "no me excedí en lo que me correspondía hacer. Uno como embajadora, su rol es fortalecer las relaciones bilaterales entre ambos países, y esto puede ser en el ámbito de las relaciones políticas, de las relaciones económicas, de las relaciones culturales".

Herrera afirmó que informó sobre sus gestiones al Minrel, en su minuto encabezado por la ex ministra Antonia Urrejola. "Yo primero se lo cuento a Antonia Urrejola y su equipo. Mira esto pasó en las credenciales. Después cambian. Ellos no estaban al tanto de todo pero había un historial que venía desde antes", dijo para luego aseverar "Nosotros informamos mucho antes que estábamos haciendo gestiones". Pese a lo anterior, reconoce un "error de procedimiento, tal vez por mi falta de experiencia en esa área".

La exembajadora en suelo británico sostuvo que la idea emergió de unas de las fundaciones de Carlos III luego de que Herrera le presentara sus credenciales y le contara sobre proyectos medioambientales en Chile. "En ese momento el rey no me propone ningún proyecto, solo me propone que nos pongamos en contacto y que quiere conectarme él con alguna de sus organizaciones y me cuenta alguno de los proyectos que ellos están haciendo.

En ese momento, ese mismo día, viene su secretario detrás de mí y me dice 'el Rey, realmente quiere ponerla en contacto con sus fundaciones'. El secretario llama a la embajada ese mismo día y me dicen quieren poner a la embajadora en contacto con las organizaciones", relató Herrera.

Es tras ello que se junta con Circular Bioeconomy Alliance (CBA), donde nace Living Lab. Herrera empieza a buscar el lugar donde levantar la iniciativa, teniendo como alternativa la Gobernación Regional del Biobío, entidad a la que enviaría una carta para presentarle el proyecto. "No es que yo le pida parte de los recursos de forma directa al gobernador.

Cuando se está buscando conectar con instituciones, porque ese es el rol de un embajador, y antes de decirle al rey que sí hay interés, uno le pregunta 'a ustedes les interesaría un proyecto como este'.

Yo lo hablo con distintas instituciones, no es que solo lo hablé con el gobernador. Cuando había un incendio en Santa Juana y había cerca de un 80% de los suelos quemados, y le preguntamos si le interesa un proyecto en Santa Juana y él comenta 'tengo unos fondos de reconstrucción y me interesa desarrollar proyectos que sean de largo plazo, que sean de interés, pero tengo que extenderlo formalmente de qué se trata'", expone la ex diplomática.

Sobre su salida, Susana Herrara comentó: "Este cargo es un cargo de confianza y mi propósito en desarrollarlo, tiene que ver con aportar al país. Si siento que ese rol de contribuir a los propósitos del país ya no lo puedo hacer o estoy de alguna manera acorralada e inhibida de poder desarrollar las cosas que me han mandatado y si ya no me siento respaldada por el ministerio, ya no tiene mucho sentido seguir. Estos cargos van y vienen".

Además, descartó algún maltrato al interior de la embajada chilena en Londres. "Más que un clima laboral malo que hubiese en la embajada, porque éramos un equipo pequeño que trabajamos con mucha fuerza para llevar a cabo los proyectos, sí había un proceso llevado a cabo por el Minrel en una solicitud de flexibilidad laboral de una de las empleadas, y eso obviamente en el proceso de solicitud de que se podía o no se podía, se iba generando un poco de tensión con una empleada que particularmente lo que se le estaba solicitando es que se incorporara al trabajo y que cumpliera los horarios que estaban estipulados en su contrato".